Unidos en la libertad

Cultura · Isidoro Tapia Sánchez
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26 mayo 2008
Lo que pretende el Anteproyecto de Ley de Educación en Cataluña  es muy grave. El texto que ha presentado la Conselleria de Educació no sólo atenta descaradamente contra la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos, que se recogen en el Pacto Nacional de Cataluña, los artículos  16.3 y 27.3 de la Constitución Española, el  art. 21 del Estatuto de Autonomía de Cataluña  y el art. 116  de la Ley Orgánica de Educación, sino que condena a los colegios concertados a la asfixia económica con el único objetivo de lograr una escuela única de bajo coste.

Pues bien, mientras los padres afectados nos movilizamos en una campaña titánica de recogida de firmas ante esta descarada injusticia (http://www.fapel.net/leerart.php?id=517&s=7), desde otras comunidades nos llegan palabras de apoyo y optimismo, como éstas:

Unidos en la libertad

Pensar que todos debiéramos tener un pensamiento único y absoluto, a cualquier persona nos parecería inadecuado, injusto, incongruente, utópico. Humanamente seria impropio de la naturaleza humana, imposible de aceptar estudiando el devenir humano a través de todos los tiempos. Nos moveríamos en el terreno de lo irreal.

Pero muy posiblemente, si aparcásemos el pensamiento absoluto y único, si habláramos de ponernos de acuerdo en lo básico, quizás podríamos ser más optimistas. Caería en el terreno de lo viable y factible la posibilidad humana de alcanzar estas metas. Vale la pena ponernos de acuerdo en lo esencial.

Podemos aceptar las enormes y notables divergencias que encontramos en la forma de ser y de pensar entre personas de un mismo entorno. No digamos de pueblos de etnias diferentes, localizados en continentes diferenciados culturalmente. Cuando se busca lo esencial, para que la convivencia entre todos los pueblos se encamine hacia una unidad de paz  y tolerancia mundial, es preciso evitar sobre todo cualquier tipo de antropocentrismo.

Sería un grave peligro enquistarnos y considerarnos el centro del mundo, dejándonos encerrar entre los estrechos horizontes de nuestras  grandes o pequeñas preocupaciones.

Sírvannos las palabras de Pablo de Tarso de que "la creación entera gime hasta ahora y siente dolores de parto, con la esperanza de alcanzar, al fin, la libertad de la gloria", para darnos cuenta de la situación de nuestra sociedad.

Cada poder público actual, buscando de forma interesada su ideológica personal libertad y su  paz (gloria) terrenal,  se encuentra en esta situación, que nos anunció Pablo de Tarso, hace casi dos mil años. Se ve que seguimos sin aprender.

Vivimos de esperanzas frustradas porque no buscamos entre todos la unidad en lo esencial. Nos perdemos en el antropocentrismo particular, cada uno en el suyo, donde no cuenta lo ajeno.

Son los políticos de cada diferente antropocentrismo quienes, a base de leyes que no tienen nada que ver con la Justicia, los que tratan de marcarnos la hoja de ruta, el código de circulación ante la vida. Es la dictadura del "no pienses que yo me preocupo de tus inquietudes y ansiedades". Banalidades y vanidades humanas de los que así nos quieren regir, que nos llevan a los ciudadanos de a pie al borde del precipicio.

Todo esto viene a cuento pues me llegan alarmantes noticias de amigos catalanes, padres y madres de familia, profesores y profesoras de colegios públicos y privados, del sibilino golpe de estado moral contra la libertad de los padres a elegir la educación que desean para sus hijos, que trata de culminar la Generalidad de Cataluña, dentro de unos pocos días en su democrático parlamento.

Me estoy refiriendo al Anteproyecto de Ley de Educación, presentado por el Departamento de Educación que dirige el Sr. Ernest Maragall  (www.gencat.net/educacio/llei_educacio/pdf/Llei_edu_04_08.pdf).

La Generalitat de Cataluña, por razones ideológicas partidistas, intenta cargar una enorme injusticia sobre las familias catalanas, a través del ya tan largamente deteriorado sistema educativo, que padecemos tanto alumnos, padres y profesores de la enseñanza pública o privada.

Es así que Cataluña está siendo el banco de pruebas y laboratorio de experimentos sociales y educativos, que después tratarán de implantar en todo el territorio nacional. Esta iniciativa del Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña vulnera los artículos 10 y 27 de la Constitución de una manera descarada.

Pisotea por completo normas e idearios internacionales en la protección de los derechos humanos, en cuanto que no respeta el carácter o ideario propio de los centros educativos. Tampoco permite que los padres eduquemos a nuestros hijos de acuerdo a nuestras propias convicciones morales o religiosas. Y para colmo, tampoco permite la libre elección del centro educativo.

Se opone frontalmente, también, al artículo 16 de la Constitución, que establece que España es un estado no confesional, pero es preciso tener en cuenta las creencias de la sociedad española. Este "pero" no se respeta, se machaca, ya que el anteproyecto referido afirma que la enseñanza debe ser laica.

Incluso el artículo 21 del nuevo Estatut de Catalunya queda malparado y descalabrado. Este artículo habla de garantizar el derecho a la educación a través de un modelo educativo de interés público para la sociedad catalana en su conjunto. De forma sibilina se introduce en el nocivo anteproyecto la expresión de "servicio público". El servicio público que nos den las autoridades no tiene que coincidir con el interés público que sí queremos los padres. El interés público está a un mayor nivel de aceptación por toda la ciudadanía que cualquier servicio público que la autoridad me quiera imponer.

Un cúmulo de absurdos inunda este anteproyecto dictatorial de la Generalitat de Catalunya. Otros más son que quieren imponer, al pueblo catalán, la escolarización obligatoria a partir de los tres (3) años. La LOE, todavía en vigor, lo contempla a partir de los seis (6) años.

También obligan a que todos los centros educativos sean mixtos. Los padres que crean que la educación diferenciada es mas positiva para sus hijos se verán en la necesidad  de buscar escuelas fuera del concierto educativo, sin ninguna ayuda publica estatal,….si las encuentran.

Esta obligación que contempla el  cuestionado anteproyecto, se da de bofetadas y se opone al artículo Nº 116 de ese reciente Estatuto de Cataluña, cuando se dice que aquellos centros privados que ofrezcan gratuita enseñanza y satisfagan las correspondientes necesidades de escolarización podrán acogerse, sin discriminación ni distinción alguna, al régimen de conciertos.

Por otra parte, hasta ahora creíamos según la ley de Educación para todo el Estado español, que el hecho de que un centro educativo no fuera mixto no era en ningún caso motivo para quedar fuera de los correspondientes  conciertos y serle denegado. Al menos siendo fiel a la LOE, en su Disposición Adicional Nº 25, podemos contemplar que nos dice: "Los centros que desarrollen el principio de coeducación en todas las etapas educativas serán objeto de atención preferente y prioritaria".

Insisto en que lo que se pruebe y apruebe en "el laboratorio catalán", nos inundará a  todos, si las cosas en esta España revisionista siguen en esta dirección. No son los políticos actuales los que solucionarán los males que padecemos. Se precisa una gran pasión por el servicio a los demás y por supuesto ideas nuevas que aglutinen inquietudes sanas y abran vías de libertad y mejora de los jóvenes y sus familias.

La razón de este artículo es abogar por encontrar unos amplios acuerdos con principios básicos para construir de una vez un sistema educativo eficaz, moderno y justo. Los padres de familia (tengo cinco hijos) sabemos lo que queremos para nuestra prole. Los políticos no lo saben y parece que les sea igual. Nadie da desde su alma, los valores que no tiene, de los que carece. Acuso a la gran mayoría de gobernantes, que detentan u ostentan el poder, de tener unas almas vacías de valores (se llamó siempre virtudes).

Reivindicar el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones, así como la posibilidad de elegir el modelo educativo de escuela diferenciada, con el correspondiente derecho de estos centros educativos a recibir financiación pública mediante el concierto  correspondiente, es defender la libertad y la calidad en nuestro sistema educativo.

Unifiquemos una única PLATAFORMA NACIONAL, conjunto de todas las asociaciones y plataformas autonómicas y provinciales, para defender el derecho de nuestros hijos a una educación libre, sin manipulaciones ni ideologías impuestas por un Estado que parece que quiera hacernos volver a la Edad Media del adoctrinamiento obligatorio y servil. Ya tenemos suficiente con pagar nuestros impuestos. Busquemos ante todo el bien común, sin discriminar a nadie, imposición clara de este Proyecto de Ley de Educación en Cataluña.

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