Mammuth
La película consigue crear una atmósfera conmovedora, tierna, algo existencialista y muy humana; una atmósfera que se hace añicos innecesariamente en dos o tres momentos del film. Es una pena, pues el tono llega a recordar a maestros del realismo poético francés, pero con el nervio de la narrativa posmoderna. Esa delicadeza de fondo se rompe, insisto, por momentos de guión que violan la coherencia del film. La pureza del personaje de Mammuth, y que subyace a una brutalidad que nos recuerda al Michael Simon de Boudu (Jean Renoir, 1932), alcanzaría de lleno al espectador sólo si se eliminasen ese par de escenas, y no por escatológicas o sexuales, sino porque desdibujan el perfil dramático del personaje que se había ido construyendo con mucho tino.
La película tiene también una fuerte carga social que, entre bromas y situaciones surrealistas, denuncia los modos de un sistema económico donde la persona particular parece que despierta poco interés. En el fondo nos hace mirar la crisis económica desde la perplejidad y soledad de un hombre que ha trabajado duro toda su vida, y que ahora se siente desamparado. En fin, una película muy interesante, tierna, también divertida, con una excelente partitura de de Gaëtan Roussel. Es una pena que pierda tanto el tono en un par de ocasiones.