Los representantes de las iglesias católica, anglicana y presbiteriana en Venezuela se pronuncian sobre la situación carcelaria del país
Queremos valorar el testimonio, la fortaleza y la búsqueda de la verdad de los familiares de los privados de libertad, especialmente de las mujeres, que como madres, esposas, hermanas, han mantenido una presencia constante exigiendo el respeto de los derechos humanos de sus familiares.
Sabemos de algunos esfuerzos realizados por el Estado para humanizar algunos espacios carcelarios, e invitamos que estas expresiones positivas se multipliquen a lo ancho y largo de los recintos venezolanos. Valoramos también el esfuerzo de grupos religiosos que están sirviendo de mediadores en la búsqueda de una solución pacífica a la problemática carcelaria.
Reconocemos que, aunque se ha llevado adelante un trabajo orgánico a favor de los privados de libertad por parte de nuestras organizaciones religiosas, no hemos logrado la efectividad necesaria para aliviar los sufrimientos de los internos y de sus familiares, debido a la complejidad de la situación, que desborda muchas veces nuestras capacidades de acción.
Consideramos oportuno que se tomen decisiones para que el tema carcelario sea prioritario en la agenda del Estado y del Gobierno, de tal manera que se constituya un sistema judicial y penitenciario respetuoso de la persona humana, que promueva condiciones de vida más acordes con la dignidad humana, que se favorezca la reeducación y formación de los internos, y no permita nunca vejaciones ni tratos inhumanos.
Ante la problemática actual consideramos pertinente: