Silvio Berlusconi, hospitalizado por problemas de corazón
Según parece, el domingo pasado el exPrimer Ministro, tras haber votado en su colegio electoral, se sintió mal en Roma y decidió regresar a su ciudad natal, Milán, para que los médicos del hospital San Raffaele lo examinaran. Allí le detectaron una “descompensación cardiaca”, por lo que quedó ingresado en observación. Según fuentes de su partido, la hospitalización de Berlusconi estaba ya programada y, aunque será sometido a diversas pruebas para establecer un diagnóstico, esas mismas fuentes afirman que ´no es nada grave ni preocupante´.
Sin embargo, la cuestión más a tener en cuenta es que para el empresario y político lombardo es que, a sus casi 80 años, este no es el primer aviso que le da el corazón, ya que fue ya en 2006 fue operado del corazón en el Heart Center de Cleveland (Ohio, Estados Unidos) después de que se desmayara en un acto público. En aquella ocasión se le detectó una leve arritmia cardiaca y se le implantó un marcapasos, que fue sustituido en Milán el pasado mes de diciembre. El domingo por la mañana, el magnate fue a votar a un colegio electoral cercano al Palazzo Grazioli, su residencia en Roma, acompañado de su actual pareja, la joven Francesca Pascale. Allí se detuvo con algunos periodistas a los que, de buen humor, contó que esa misma mañana había estado recordando la cantidad de ataques que había sufrido a lo largo de su carrera política. ´Y en vez de ir con mujeres´, bromeó, ´tres tardes a la semana las tenía que pasar con mis abogados´, dijo el exPrimer Ministro recordando aquellos tiempos.
La pregunta es, si tras salir del hospital, Berlusconi seguirá con su actividad política o ahora sí que definitivamente dejará el liderazgo de Forza Italia, una cuestión particularmente peliaguda porque, a pesar de que el exPrimer Ministro lleva casi cinco años ´en caída libre´ (dimisión forzada en 2011, expulsión del Parlamento en 2013, batacazo electoral tanto en 2014 como en 2015, sangría constante de diputados y senadores con escisión incluida (el NCD de Alfano es la prueba de ello), y como siempre numerosos juicios por medio con condena incluida en alguno de ellos), hasta el momento se ha negado por completo a ceder el mando de su partido. Claro que, para qué engañarnos, todo el mundo sabe que en realidad Forza Italia es Berlusconi y que, sin él, el partido no tendrá sentido de existir, pero no por ello sus parlamentarios y militantes van a dejar de estar preocupados por un futuro cada vez más en el aire.