Renzi abre un nuevo debate sobre el sistema político italiano
Como decimos, Matteo Renzi ha señalado el pasado día 12 de junio que el cargo que ocupa debería estar limitado a dos mandatos. Y dijo al respecto: ´Considero que como máximo deberíamos permanecer dos mandatos en el cargo. Estoy dispuesto a firmar una ley en este sentido´. A lo que añadió: ´Quien sea que gobierne, sufre desgaste. Ya basta de políticos para toda la vida´.
En relación con ello, debe recordarse que la Constitución de 1947 no establece límites sobre cuántas veces puede una persona ejercer el cargo de Primer Ministro y, en ese sentido, los críticos han señalado que la reforma constitucional, que podría reducir profundamente los poderes del Senado para otorgárselos a la única cámara parlamentaria (la Cámara de Diputados), podría crear las condiciones propicias para que los primeros ministros gozaran de un número ilimitado de mandatos.
Históricamente, es habitual que los Gobiernos en Italia no concluyan sus mandatos, con frecuencia debido a problemas económicos, y por ello varios primeros ministros (Andreotti, De Gasperi, Berlusconi, Fanfani, Moro) han ejercido su cargo de manera reiterada. Sin ir más lejos, en las últimas tres décadas, Silvio Berlusconi ha sido primer ministro cuatro veces en tres legislaturas diferentes: la de 1994-96, la de 2001-2006, y la de 2008-13. Sin embargo, ha sido fácil ver hasta el momento que los gobiernos cayeran por el sólo hecho de perder una moción de confianza en el Senado, y el caso más reciente que tenemos es el de Romano Prodi, ganador de las elecciones generales en 2006 y dimitido como presidente menos de dos años después al quedarse en minoría en el Senado por, entre otras cosas, la compra de varios senadores (cuestión reconocida por uno de ellos, Sergio de Gregorio, y que le costó a Berlusconi ser llamado a sentarse en el banquillo de los acusados).
Cierto es que los gobiernos, en principio, van a ser más duraderos si se pone fin al ´bicameralismo perfecto´, porque el poder legislativo comenzará a actuar como una correa de transmisión del poder ejecutivo. Pero no debe olvidarse que, además de seguir existiendo el mecanismo de la moción de confianza (a lo que se añade la facilidad con que los parlamentarios abandonan un grupo parlamentario para irse a otro), el Presidente de la República tiene la potestad de poner fin a la legislatura antes de que esta concluya de manera natural (después de 5 años) y convocar elecciones cuando lo crea así necesario.
Por ello, da la impresión de que Renzi intenta con estas afirmaciones (que incluso podría convertir en ley) eliminar los temores de aquellos que creen que el fin del ´bicameralismo perfecto´ va a convertir a Italia en una democracia limitada o de poca calidad. Pero la realidad es que el caso italiano no es equiparable al de otros países: sin ir más lejos, en España el socialista Felipe González estuvo casi 5.000 días en el poder (de octubre de 1992 a marzo de 1996) y solo hizo falta que se sometiera al veredicto de las urnas en cuatro ocasiones (1982, 1986, 1989 y 1993).
Sin embargo, en Italia Andreotti, a pesar de presidir hasta siete gobiernos diferentes, no llegó siquiera entre todos ellos a los 3.000 días de gobierno, y menos aún Alcide de Gasperi, que apenas sobrepasó los 2.200 días al frente del Consejo de Ministros. Recordemos, en ese sentido, que en Italia alrededor de la mitad de los gobiernos han durado menos de un año, y que, por esa misma razón, un político que fuera dos veces distintas Primer Ministro, podría estar al frente del Gobierno… ni 800 días entre ambos mandatos (si siguen sucediendo las cosas como hasta ahora), cuando en Estados Unidos, una de las democracias más sólidas del mundo, el mandato de un presidente dura 1.460 días (renovable a un segundo mandato consecutivo), y en Francia, hasta la reforma Chirac (1995-2002), un Presidente de la República (que sería el equivalente al Primer Ministro en Italia), tenía asegurados entre 1958 y 2002 hasta 2.555 días de gobierno, cuando no 5.110 si lograba ser reelegido, que fue lo que logró Mitterrand entre 1981 y 1995.
Veremos en qué queda lo dicho por Renzi este fin de semana, pero el sistema político italiano no es extrapolable a muchos de los países de su entorno, y, por cierto, en todos ellos (Francia, Alemania, España, Reino Unido, Holanda), los gobiernos se han caracterizado siempre por un alto grado de estabilidad. Como decimos, seguramente es una más de los hábiles maniobras tácticas típicas de Renzi para que los italianos acaben dando su apoyo a la reforma constitucional que será sometida a consulta en octubre de 2016.