Nueva legislatura: retos del nuevo Gobierno, retos de la sociedad civil.

España · PaginasDigital
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4 noviembre 2016
Consummatum est. Este viernes se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado el Real Decreto 415/2016, de 3 de noviembre, por el que se reestructuran los Departamentos Ministeriales, cuyos principales responsables ya tienen rostro. A priori, resulta un Gobierno de mejor perfil que el que resultó de la pasada legislatura, igual de tecnocrático, pero más dialogante (un Ministro de Educación  portavoz del Gobierno como Méndez de Vigo bien podría liderar la negociación para un Pacto Nacional por la Educación).

Consummatum est. Este viernes se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado el Real Decreto 415/2016, de 3 de noviembre, por el que se reestructuran los Departamentos Ministeriales, cuyos principales responsables ya tienen rostro. A priori, resulta un Gobierno de mejor perfil que el que resultó de la pasada legislatura, igual de tecnocrático, pero más dialogante (un Ministro de Educación  portavoz del Gobierno como Méndez de Vigo bien podría liderar la negociación para un Pacto Nacional por la Educación). Igualmente acertadas han sido las sustituciones de los quemados Jorge Fernández Díaz por Juan Ignacio Zoido(Interior) o García- Margallo por Dastis (Exteriores). Poner rostros nuevos en Sanidad y Fomento también ha resultado un acierto.

Coordinar a estos Ministerios será un auténtico reto. Desde luego, es vox populi que Mariano Rajoy ha querido zanjar la disputa de las amazonas Cospedal y Sáenz de Santamaría al quitarles peso en el Gobierno. Por el contrario, parece dar más cancha a Luis de Guindos, cuya actuación no puede, en modo alguno, tacharse de mediocre, aunque no exenta totalmente de sombras. 

En lo que atañe a la economía y a sectores regulados como la energía o las telecomunicaciones, creo que hay dos datos a destacar:

1.- El premio a la gestión realizada en la anterior legislatura por Luis de Guindos, al reforzar el Ministerio de Economía y Competitividad con la Secretaría General de Industria (área golosa donde los haya), además de seguir ostentando la Secretaría de Estado de I+D+i, la Secretaría de Estado de Comercio y la Secretaría de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa.

2.- El papel del nuevo Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, liderado por Álvaro Nadal no es baladí, aun sin contar con el sector Industria.

Y, ¿qué pinta la sociedad civil en todo esto?. Para empezar, hay dos factores a tener muy en cuenta:

1.- La pervivencia de una mentalidad de Administración paternalista (propia del Estado del bienestar socialdemócrata) y autorreferencial que subyace aún ,quizá acentuada ahora que se avecina la pelea por la comida que siempre caracteriza el reparto de los fondos para la concesión de subvenciones y préstamos y de recursos administrativos en la materia que, previsiblemente, tendrá lugar entre los Ministerios económicos afectados por la reestructuración (Economía y Energía).

 

En cuanto al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, parecía lógico que la Energía se mantuviese dentro de la estructura del antiguo Ministerio de Industria, Energía y Turismo, liderado por el ministro dimisionario José Manuel Soria. Ciertamente, la energía cobra fuerza como sector estratégico, a la luz de las Directivas en materia de energía (entre ellas, la Directiva 2014/25/UE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de febrero de 2014, sobre contratación en sectores regulados (agua, energía, comunicaciones y servicios postales); o la anterior Directiva 2012/27/UE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de octubre de 2012, relativa a la eficiencia energética). No hay que olvidar la implementación de los Planes específicos de la Agenda Digital para España –aprobada en febrero de 2013-.

 

En suma, hay mucho trabajo que hacer y, en consecuencia,  retos a abordar en esta etapa que se abre:

1.- El primer reto –muy importante, si la legislatura va a llevarse a término- es conseguir la aprobación de una Ley de Presupuestos que sea pensada para el bien común, que sea fruto de un esfuerzo de diálogo, que contenga medidas consensuadas, que tenga en cuenta tanto las directrices de Europa y las conjugue con mejorar la situación de los olvidados de la crisis (pensiones, paro, educación, fracaso escolar…).

2.- El segundo, el buen gobierno: legislar con inteligencia y en base al interés común, dejando los rodillos y negociando día a día cada medida que se quiera adoptar con PSOE, C´s…incluso Podemos debiera estar incluido. Este Ejecutivo tiene que aportar: imaginación, iniciativa y capacidad de diálogo con las restantes fuerzas políticas y con las instituciones comunitarias. Que se legisle, pero que sea poco y bien…consensuado. Las normas adoptadas cuando se tiene mayoría absoluta, sin haberse hablado con las otras fuerzas políticas, están destinadas a durar lo que dure la legislatura.

3.- El tercer reto, más importante, corresponde a los ciudadanos: Ser adultos y tomar conciencia de que nadie puede sustituirnos ni decidir por nosotros. Hay que ponerse a trabajar día a día, creando, aportando soluciones nuevas, innovando, fortaleciendo las relaciones asociativas (empresas, tercer sector)….dejar de vivir de las rentas..Nos hemos acostumbrado demasiado a las subvenciones. Es hora de un sistema de ayudas públicas que favorezca los cuerpos intermedios, y eso pasa por otro tipo de incentivos: beneficios fiscales, eliminación de trabas, dar mayor peso a las PYMES para evitar la atomización del mercado…¿tan quijotesco resulta? ¿Es mucho pedir que se nos tenga en cuenta a la hora de hacer políticas públicas en los sectores afectados por los Ministerios económicos?

No basta con que se forme un Gobierno de tecnócratas. El reto de una sociedad madura hay que afrontarlo desde ya, aunque los resultados sólo se verán tras una travesía en el desierto de décadas. La capacidad de arrastre y movilización que el populismo español –representado en Podemos y los nacionalismos- siguen teniendo vigencia por las consecuencias devastadoras que la crisis económica ha tenido en muchos de nuestros conciudadanos. Frente a tal desafío, no funciona descargar nuestra responsabilidad en el Gobierno de turno, sólo se puede ofrecer una sociedad responsable, libre. No podemos escaquearnos ya de nuestra tarea de contribuir -a través de nuestras circunstancias y tramas de relaciones laborales y personales a la formación de un tejido nuevo, se trabaje en la Administración o en la empresa o en Entidades non profit. El Gobierno ha de ponerse en marcha…y nosotros también.

Sin embargo, el riesgo es el mismo que el del Ministerio de Luis de Guindos: impulsar la Energía y la Agenda Digital con meras subvenciones en las que primero se paga el dinero al beneficiario y luego se comprueba si se ha justificado debidamente el uso de los fondos –algunos de ellos son Fondos Estructurales europeos-. En sectores como el de la energía eléctrica, de los hidrocarburos, o el gas hay mucho que hacer; así como en los objetivos de Eficiencia Energética para España para cada año (cada comercializadora ha de aportar una cantidad al Fondo Nacional de Eficiencia Energética). Además .no existen apenas empresas comercializadoras o productoras de energía que no tengan un volumen considerable de negocio (EON, Endesa, Iberdrola, Gas Natural, Unión Fenosa…y tantos otros). El autoconsumo de energía -aprobado por Real Decreto 900/2015- deja en manos de las grandes distribuidoras la necesidad de disponer de un punto de conexión a la red. En suma, el tejido está muy atomizado y los ciudadanos siguen sin intervenir en las tomas de decisiones.

2.- Un sistema de fomento de la actividad económica constituido por la Ley 38/2003, General de Subvenciones: en concreto, la cantidad enorme de presupuesto destinado a ayudas públicas concedidas al sector industrial y a la I+D+i. Hemos invertido mucho dinero en ayudas a la I+D+i, se ha creado la Agencia Estatal de Investigación… pero no nos despegamos del furgón de cola europeo en I+D+i.

 

La estructura actual del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad –al reunir todos los Organismos Públicos de Investigación (CSIC, Instituto Carlos III, Instituto Geominero, CIEMAT, INIA…), el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), la Agencia Estatal de Investigación, induce a pensar en una apuesta fuerte del Estado por las iniciativas del sector privado y el tercer sector, pero si se miran las líneas de financiación –no sólo las aprobadas en la legislatura anterior, sino las de la época de Zapatero- en realidad, parece consolidarse un sistema clientelar en el que únicamente entran Universidades, Centros de Investigación (públicos y privados) y empresas que tengan capacidad financiera tal que puedan embarcarse en unos proyectos de investigación o innovación de carácter plurianual financiados con préstamos. ¿Sabemos los ciudadanos qué valor añadido para la sociedad han generado este tipo de proyectos?. Desde luego, la duda acerca de si los resultados de los proyectos de investigación han sido o no contrastados sigue.

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