Merkel cede ante Renzi
En realidad, todo este tema se viene fraguando desde mediados de diciembre, cuando el Presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, sugirió que la frágil recuperación que estaba viviendo la economía de la eurozona, junto con los riesgos de deflación y la realidad de los países emergentes (como una China que ya no puede mantener su fuerte ritmo de crecimiento), debía obligar a ´repensar´ la conveniencia de esas políticas de austeridad. Si a ello le añadimos los nuevos problemas surgidos (la crisis migratoria y el terrorismo yihadista), ello ha llevado a las autoridades europeas a aceptar la primera subida de gasto en la eurozona desde 2010.
Y es que desde entonces muchas cosas han sucedido en el sur de Europa. Cayeron los gobiernos socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero (España) y José Sócrates (Portugal), y en Italia Silvio Berlusconi tuvo que presentar forzosamente su dimisión para que en su lugar fuera puesto el prestigioso economista y excomisario europeo Mario Monti, al tiempo que en Grecia el PASOK (partido que había dominado la vida política griega durante décadas) quedó sumido en la irrelevancia, cediendo ante el conservador Andonis Samaras. Todo esto se mantuvo un tiempo (en el que, no lo olvidemos, Grecia y Portugal fueron sometidas a duros rescates) e incluso se llegó a afianzar con la victoria de Angela Merkel a finales de 2013. En España el Gobierno presidido por Mariano Rajoy llevó a cabo un importante ajuste (aunque bastante menor de lo que suele decirse, porque el gasto público ha seguido siendo muy alto), y en Portugal Passos Coelho, como en Italia Mario Monti y en Grecia Andonis Samaras, siguieron estrictamente las órdenes de la troika (BCE, FMI y Unión Europea).
Pero Monti no tardó en caer, entre otras cosas porque presidía un Gobierno que ganaba los votaciones con los apoyos de formaciones que no eran la suya (Scelta Civica, su partido, fue creado para las elecciones generales de febrero de 2013 y además se quedó en un raquítico 10% de los votos): aún así, tanto Letta (a lo largo de 2013) como Renzi (durante 2014 y 2015), siguieron aplicando las políticas de austeridad.
Pero las cosas parecen haber llegado hasta donde han llegado. En Grecia y en Portugal gobierna ya la izquierda, y en España puede suceder en cualquier momento. Y Renzi, en ese sentido, se ha anticipado a los hechos y ha decidido por su cuenta y riesgo aumentar el gasto público en seis décimas, saltándose el 1.8% que le pedía la Unión Europea, al tiempo que se enfrentaba públicamente con Merkel en el último consejo europeo acusándola de preocuparse solo del crecimiento de Alemania.
Veremos qué sucede a partir de ahora, pero puede que las palabras de Helmut Kohl hace más de un año criticando duramente a su mentorizada Merkel hayan resultado proféticas: de tanto apretar el cinturón a los países del sur (lo que no obsta para que estos sean cada vez más rigurosos a la hora de controlar el gasto público y aumentar la recaudación de impuestos), puede que al final se encuentre con una rebelión en toda regla y que la Unión Europea se fracture entre el centro y norte, por un lado, y el sur y el este, por el otro. En todo caso, al menos de momento, puede considerarse este hecho como toda una victoria de Matteo Renzi sobre Angela Merkel, y el asunto es quién de los dos acabará imponiendo su idea de la política económica y fiscal que debe llevar a partir de ahora la Unión Europea.