Hasta los confines de la tierra
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27 noviembre 2013
Es su gran carta de navegación que arranca de la alegría del encuentro con Jesucristo (porque eso es la fe, como subrayó Benedicto XVI y agradece Francisco) y se dispone a surcar las aguas procelosas de un mundo tantas veces dominado por la tristeza del individualismo y de los placeres opacos. Y el puerto es el corazón de cada hombre y mujer por desarreglado que se encuentre, por herido y rebelde que se presente. Noticias relacionadas
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