El Gobierno continua con el saneamiento del sector bancario
Lo que sí sabemos ya es el nombre de este fondo de rescate: se llamará ´Atlante´. Un fondo que será sostenido por las principales compañías aseguradoras (de las que, por cierto, se espera que aporten unos 1.000 millones de euros), las fundaciones de las cajas (estas pondrán otros 500 millones) y los bancos (que ponen el grueso fundamental, con más de 3.000 millones, de los que 1.000 millones, es decir, un tercio, vendrán de una sola entidad, Unicredit).
Es posible que participen también otras entidades, como la CDP (caja italiana de depósitos y préstamos, participada en un 80% por el Ministerio de Economía que dirige Pier Carlo Padoan) y la SGA, una caja análoga creada en 1997 (en tiempos del primer gobierno de Romano Prodi) con el fin de salvar la Banca di Napoli y que acabó constituyendo todo un éxito, ya que en década y media logró recuperar el 85% de los créditos morosos.
Según el ministro Padoan, Atlante ´(…) es una herramienta que podrá contribuir a completar el proceso de fortalecimiento de los bancos italianos´, al tiempo que aseguraba que que cumplía el primer requisito exigido por la Unión Europea y prometido por el Primer Ministro Renzi: el de resolver los problemas de los bancos sin recurrir al dinero público. Sin embargo, todo este esquema de conjunto aún no ha recibido ´luz verde´ por parte de la Comisión Europea. A la espera de que esto suceda, el nuevo fondo podría acudir a las salidas a Bolsa de Banca Popolare de Vicenza y Veneto Banca con el fin de para aliviar la importante cantidad que tendrán que pagar las principales entidades financieras del país en esas operaciones. En ese sentido, el Estado podría adquirir los tramos más inseguros en las titulizaciones de créditos morosos, lo que supondría todo un alivio para el sistema financiero, pero puede suponer problemas por el flanco de las ayudas de Estado que escruta en este momento la Comisión Europea.
Lo que parecem atisbarse detrás de esta gran operación es un acuerdo institucional al más alto nivel, en el que participarían no solo el Gobierno a través del ministerio de Economía, sino también el Banco de Italia (cuyo gobernador actual es, recordémoslo, Ignazio Visco), el regulador bursátil, y, en definitiva, el conjunto del sistema financiero italiano. Pero todo esto podría irse al traste si la Unión Europea, como hemos señalado ya, no da el ´visto bueno´ a la participación indirecta del sector público por un valor superior al 20%. Y a ello nada ayuda tener, con mucha diferencia, la deuda pública más alta de las principales economías de la eurozona.