El bicameralismo perfecto, con los días casi contados
La reforma constitucional aún deberá pasar por una segunda lectura tanto en la Cámara de Diputados (donde el PD tiene una cómoda mayoría) como por el Senado, pero lo más importante vendrá después, cuando Matteo Renzi la someta a ´referéndum´ entre la población italiana. Aunque ya sabemos que en la política italiana puede pasar siempre cualquier cosa, lo cierto es que parece haberse salvado el último gran obstáculo.
Como era de esperar, no faltó la política-espectáculo tan típica del parlamentarismo italiano. Los senadores del Movimiento Cinque Stelle, de Forza Italia y de la Liga Norte prefirieron salir del aula en señal de protesta antes que estar presentes en una votación que sabían tenida perdida de antemano. No faltó tampoco algún gesto grosero, cuando algunos senadores de la oposición se ensañaron con el expresidente de la República Giorgio Napolitano, quien como senador vitalicio tomó la palabra para argumentar su voto favorable a la reforma. Fue ese el momento esperado por algunos representantes del partido de Berlusconi para exhibir papeles con el número ´2011´, escrito en referencia al año en que Napolitano hizo dimitir a Berlusconi para darle su confianza a Mario Monti, quien dirigió entre noviembre de aquel año y abril de 2013 un Gobierno tecnocrático con el que llevar a cabo los recortes necesarios en el gasto público y tranquilizar a los mercados. Mientras, Matteo Renzi, fiel a sus costumbres, celebró el resultado de la votación en su cuenta de Twitter, agradeciendo lo hecho a ´aquellos que continúan persiguiendo el sueño de una Italia más simple y más fuerte´.
Ahora la futura Cámara de las Regiones tendrá como única misión ratificar reformas de la Constitución, referéndum populares y tratados internacionales, y muy poco más. Así que, para sacar adelante leyes y para que un Gobierno obtenga la confianza (´fiduccia´), bastará con el apoyo de la Cámara de Diputados.
Con este nuevo triunfo, Renzi consolida el liderazgo entre los italianos. Ahora le toca presentar unos presupuestos para el año 2016 que resulten suficientemente atractivos para los italianos, porque sus conciudadanos siguen sufriendo un elevado nivel de impuestos. Y, aunque Italia está en una tasa de paro moderada (un poco por encima del 12%), cada vez se firman contratos más precarios y Renzi no debe olvidar que su partido es de centroizquierda y que, si se escora demasiado a la derecha, habrá un momento en que el Movimiento Cinque Stella le arrebate los votantes de izquierdas. Y no olvidemos que, una vez ganado el ´referendum´ (que muy probablemente se ganárá), Renzi habrá de afrontar unas elecciones generales seguramente antes de que conluya el año 2016 o como mucho a comienzos de 2017, en las que tendrá una ocasión única para alzarse con la victoria que todavía no ha conseguido al no haber sido nunca candidato.