Venezuela, ante el mayor desafío de Chávez
La presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declaró su apoyo a la petición de Chávez. Ante el reclamo de que emitir opinión le imponía inhibirse en los recursos presentados ante el organismo, negó tal posibilidad, alegando que su opinión la emitía como ciudadana y no como presidenta del TSJ. Chávez, en actos diarios con sus partidarios, los exhorta a conquistar apoyos para la reelección. "Hay que asegurar que yo pueda seguir al menos seis años más; si perdiera esa enmienda, empezaría a hacer mis maletas". El auditorio de camisas rojas y militares se pone de pie para negar tal presunción, y entonar "¡uh ah Chávez no se va!". El diario oficial Vea argumenta que la reelección no responde a las ambiciones de poder que le atribuye la oposición a Chávez, sino que es amor a la patria, convicción de que es el único que puede hacer realidad el futuro de grandeza a que aspira el pueblo bolivariano. "Si no hay reelección corremos el peligro de que empiece ya una lucha fratricida por la sucesión". En los auditorios de empresarios y clase media, Chávez expone que la reelección es la garantía de estabilidad, y que su presencia en la presidencia es indispensable para la paz de la República.
Del conjunto de artículos y declaraciones provenientes de quienes se oponen a la reelección indefinida se aprecia optimismo por los resultados de los dos últimos eventos electorales, pero clara comprensión de que el 15 de febrero es el mayor y más peligroso desafío que les plantea Chávez. Los hechos posteriores a las elecciones regionales demuestran que el objetivo de imponer el SÍ no tiene fronteras. Los gobernadores y alcaldes de oposición que triunfaron han sido despojados de facultades y recursos presupuestarios. A estas alturas, no se ha permitido que asuma la gobernación del Táchira el candidato ganador con el alegato de que hubo fraude. El argumento es poco convincente, pues todos los centros electorales del Estado estaban controlados por los chavistas. Es evidente que aumentan las restricciones a los derechos de información y opinión, que la violación de los derechos humanos no tiene límites y que el presidente realiza su campaña con los instrumentos y recursos del Estado, en términos tales que exceden el abuso para intentar convertirlo en mensaje de que es imposible derrotar nuevamente a Chávez. Evidente también que la estrategia del NO trata de que la polarización sea entre Chávez, violando la Constitución, y la sociedad, defendiéndola. "El poder del voto sobre el poder del abuso", es una de sus consignas.