Reforma gatopardiana

La cuestión se centra en el despido. Se amplían los casos en los que se puede recurrir al contrato de fomento de empleo, que tiene 33 días de indemnización. Se intentarán limitar los contratos temporales, algo difícil si no hay un solo tipo de contrato laboral. Y se amplían los supuestos para llevar a cabo un despido objetivo, que cuenta con 20 días de indemnización.
La reforma va a armar mucho ruido porque en España nos parece que todo es despido. Pero lo esencial no se toca. Tenemos un ordenamiento laboral que mantiene las estructuras del franquismo. La compleja estructura de la negociación colectiva, que es la que sofoca a las pequeñas y medianas empresas, no se toca. El poder de los sindicatos no varía.
Como en el caso del tijeretazo, Zapatero busca el efectismo, el titular fácil más que la reforma profunda. Calmar a los mercados, ganar tiempo, cambiar para que todo siga igual.