La dictadura militar de Chávez
Incauta haciendas y edificaciones urbanas, controla bancos y avanza en establecer una hegemonía mediática. A los bienes de propiedad privada de los cuales se apodera les coloca grandes cartelones rojos que anuncian el progreso del socialismo siglo XXI. Chávez, presidente del partido gubernamental (PSUV), constituye, según los estatutos del mismo, "la máxima autoridad" y sus decisiones son "de obligatorio cumplimiento". Un politólogo advierte que el Caso Venezuela debería ser un ejemplo para cualquier país de hasta dónde puede llegar en los tiempos actuales una dictadura militar y el megalómano que la encabeza, quien se atribuye como méritos ser anti-imperialista, anticapitalista, socialista marxista, bolivariano, patriota y encarnación del pueblo.
Chávez sustenta su modelo con expropiaciones y nacionalizaciones. A las empresas extranjeras poderosas les ofrece pagar, pero actualmente les adeuda 14.600 millones de dólares. Están en proceso arbitrajes cuyo pago la república tiene que honrar, afectando considerablemente el flujo de caja externa. Igualmente el régimen se ha comprometido a pagar las tierras y bancos de propiedad extranjera, centrales azucareras y zonas industriales, lo que implica un aumento en las erogaciones asumidas que eleva esa deuda a 27.000 millones. Para Ecoanalítica, "el principal impacto se sentirá en la eficiencia y en la calidad de las obras asumidas, lo cual puede convertirse en un arma de doble filo. Los retrasos, las suspensiones de obras, muestran que las nuevas formas de participación social y económica, en la mayoría de los casos, no tienen experiencia técnica ni el músculo financiero para acometer proyectos de gran envergadura".
Encarnar al pueblo, en las ideas de Chávez, es personificar la justicia. Una jueza, María Lourdes Afiuni, fue condenada a prisión por haber tomado una decisión que molestó a Chávez. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictó una medida de protección a favor de la jueza. Un tribunal superior ratificó la prisión, desechando el alegato sobre riesgo de vida en el sitio de encarcelamiento. Desconocer los dictámenes de la CIDH parece formar parte de una "tradición", expresó una penalista. "El caso es emblemático, pues es la primera vez que un juez es encarcelado por acatar un mandato legal". "La CIDH es instrumento del imperialismo y debemos respeto sagrado a nuestra soberanía", comentó Chávez. Por razones de soberanía se ha negado a extraditar a España a los miembros de la banda terrorista ETA que viven en Venezuela, uno de los cuales desempeña un importante cargo público. Razones de soberanía alegan los países civilizados para confraternizar con la dictadura militar de Chávez.