La crisis en Latinoamérica: descenso de las remesas

Mundo · Luis Enrique Marius
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13 octubre 2008
En términos generales, existen serias preocupaciones sobre el impacto que esta crisis financiera internacional, cuyo epicentro se encuentra en los Estados Unidos, pueda afectar de forma determinante en la situación y el desarrollo en Latinoamérica.

Sin lugar a dudas es una preocupación con mucho fundamento debido a una serie de factores, entre los cuales podemos citar la importancia que tiene el mercado consumidor de los Estados Unidos para muchas de nuestras economías, las estrechas relaciones financieras que existen históricamente entre los sistemas financieros de nuestros países con la "metropolis" del norte, la existencia de países que tienen la misma moneda (Panamá y Ecuador), la existencia de varios Tratados de Libre Comercio, etc.

Sin embargo, desde ciertos gobiernos de Latinoamérica se ha expresado, sobre otras cosas, una generalizada preocupación por la previsible reducción de las remesas provenientes de migrantes latinoamericanos que viven o trabajan en los Estados Unidos.

La preocupación es válida por cuanto recientemente el Banco Interamericano de Desarrollo editó un informe con relación a las remesas recibidas en América Latina desde EEUU y España en 2007, en millones de dólares. México recibe 23.979; Brasil 7.075; Colombia 4.520; Guatemala 4.128; El Salvador 3.695; en toda Latinoamérica se reciben 65.482 millones de dólares de Estados Unidos.

No podemos olvidar los orígenes de esta migración, son latinoamericanas y latinoamericanos que, buscando mejores condiciones de vida y de trabajo, se han visto obligados a migrar. Y esto, fundamentalmente y en su mayoría, no lo hicieron detrás de una utopía o del canto de sirena del "new deal", sino que buscaban legítimamente mejores oportunidades para vivir con una dignidad que no siempre encontraron. Pero eran oportunidades y condiciones que no podían encontrar en sus propios países, más allá de las históricas y sistemáticas promesas que recibieron en cada proceso electoral.

La tristeza nos cabe cuando son representantes de las mismas clases dirigentes fracasadas de nuestros países los que se lamentan de las muy seguras e importantes reducciones en las remesas que los latinoamericanos que trabajan en los Estados Unidos envían a sus familias, con mucho sacrificio y demostrando, independientemente de las dificultades, la plena vigencia del valor de la solidaridad.

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