Entrevista a Fernando de Haro

«El cristianismo es una gran provocación histórica»

Mundo · Rosa María Jané Chueca
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20 septiembre 2016
Ayuda a la Iglesia Necesitada nos invita el jueves 29 de septiembre, a las 19.00, a visionar en la Institución Javeriana (c/ Avellà, 1 – Barcelona) el documental Aleluya de Fernando de Haro. Se trata de un film centrado en la realidad de Nigeria, enmarcado en una serie que el periodista Fernando de Haro dedica a la persecución de los cristianos en el mundo. De momento, ha realizado cuatro sobre Egipto, Líbano, Nigeria e India. Como explica De Haro, «existe una cierta unidad, que es el reflejo de la situación de los cristianos en los países donde hay restricciones serias de libertad religiosa».

Ayuda a la Iglesia Necesitada nos invita el jueves 29 de septiembre, a las 19.00, a visionar en la Institución Javeriana (c/ Avellà, 1 – Barcelona) el documental Aleluya de Fernando de Haro. Se trata de un film centrado en la realidad de Nigeria, enmarcado en una serie que el periodista Fernando de Haro dedica a la persecución de los cristianos en el mundo. De momento, ha realizado cuatro sobre Egipto, Líbano, Nigeria e India. Como explica De Haro, «existe una cierta unidad, que es el reflejo de la situación de los cristianos en los países donde hay restricciones serias de libertad religiosa».

¿Qué encontramos en este documental?

Nigeria es un país donde los cristianos sufren una persecución durísima protagonizada por Boko Haram. Tiene un gran valor testimonial la fe de esos cristianos perseguidos que viven la fe en unas circunstancias muy difíciles y complicadas. En Aleluya podemos descubrir la fe de los cristianos nigerianos, que está hecha de mucha alegría, de mucha intensidad en la celebración, de caridad y de afecto de gente sencilla. La película nos pone ante la gran provocación de estos mártires y testigos. La inmensa mayoría de los cristianos entregan la vida por su fe. Y eso, para una Europa cansada, escéptica, sin certezas… es una intensa provocación. Toda la película es un contraste entre la dureza de la persecución y la sencilla alegría y gratitud de quien vive la fe como algo novedoso. Esto para los occidentales y europeos, que hemos perdido esa frescura en cuanto aparece el sacrificio y lo cuestionamos todo, es una interesante provocación de belleza y de paradoja: vivir la alegría en la más desfavorable de las circunstancias, que es el sacrificio de entregar la vida.

¿Podemos caer en la tentación del impacto pasajero?

Yo tenía la necesidad profesional de contar lo que allí sucede. El reto, para mí, ha sido no solo reflejar un impacto momentáneo, sino facilitar que el espectador se ensimisme con estos testigos de la fe que nos llegan de África. Mi tarea es no solo provocar un impacto inmediato, sino que aquellas historias que se cuentan se conviertan en compañeras del espectador. Que los testigos vayan más allá del impacto inmediato. Mi interés es reflejar, contar, mostrar, no solo el impacto, que es importante y que hay que cuidar, sino transmitir la compañía de los testigos, que viven de otra manera la vida.

¿Qué es lo que más le ha impresionado?

La alegría de gente sencilla que estima la gracia recibida más que la vida; que en un contexto muy difícil de violencia no se quejan ante las circunstancias, sino que viven con alegría. Otra cosa muy importante es el valor de una educación auténtica, que supera la violencia, la pobreza, la miseria… es la obstinación positiva de la alegría, de transmitir la fe.

¿Cuántos cristianos más deben morir para que el mundo reaccione?

No lo sé. Ya han muerto muchos y siguen muriendo muchos. Las estimaciones son de 150.000 muertos al año. Esto es un genocidio y lo que es incomprensible es que el derecho a la libertad religiosa se considere menos derecho que otros. Todo tipo de discriminación que provoca la muerte debe ser combatido. Creo que es un prejuicio ideológico de izquierdas y de derechas. Y la ideología impide reconocer que el derecho a la libertad religiosa es un derecho fundamental. Estamos ante una auténtica epidemia de persecución religiosa, especialmente sufrida por el cristianismo. El cristianismo es una gran provocación histórica, irrumpe con una experiencia de igualdad y de dignidad humana que los poderes de este mundo muchas veces no quieren aceptar. La geografía de la persecución es la geografía de la lucha entre el poder y la libertad. El poder frente al testimonio del amor y de la caridad, de la dignidad y la igualdad de la persona… las raíces de la persecución tienen mucho que ver con un poder que no tolera una diversidad antropológica generada por la fe.

Tertuliano decía que la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos…

Absolutamente cierto. En los países que he visitado no solo he realizado un viaje geográfico, sino que tengo la impresión de estar viviendo en el siglo I-II del cristianismo. Es como un viaje en la historia. Es sorprendente cómo el martirio, la fuerza de la caridad y el testimonio, hace una Iglesia mucho más fuerte y «en salida» como dice el papa Francisco. El martirio es el testimonio del amor y provoca fascinación y admiración, genera interrogantes, mueve las conciencias y los corazones. Es así.

Entrevista publicada en Catalunya Cristiana

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