Cristina Kirchner vuelve a escena
Después de casi cuatro meses de silencio, Cristina Fernández de Kirchner, ex presidenta argentina, se presentó a su manera en el Tribunal de Comodoro Py en una de las muchas causas que la implican, el llamado caso Dólar Futuro. En la práctica, poco antes del final de su mandato, Kirchner emprendió una serie de maniobras con el objetivo de desestabilizar el país para causarle problemas a su sucesor, como por ejemplo asunciones masivas en el aparato estatal, muy por encima del límite de sus posibilidades o, a nivel financiero, autorizando al Banco central argentino a emitir bonos en dólares, a pagar a partir de marzo al cambio de diez pesos.
Una de las primeras decisiones del nuevo presidente Macri fue eliminar las restricciones impuestas por el kirchnerismo sobre el cambio de la moneda americana. En la práctica, aunque el valor establecido por el Gobierno era de 9 pesos/dólar, no era posible efectuar el cambio excepto en cantidades muy modestas, haciendo proliferar el cambio en negro (en este caso llamado ´azul´), a una cifra netamente superior. Así es fácil entender por qué, una vez eliminados los siete cambios diferentes impuestos por el Gobierno artificialmente, el valor de la divisa americana subió hasta estabilizarse en 15 (valor fijado en la bolsa de Nueva York), haciendo desaparecer casi de golpe el mercado paralelo.
No hace falta ser economistas para comprender que una maniobra así, ya prometida tanto por Macri como por Scioli en la campaña electoral, provocaría unas pérdidas enormes al Banco central. Dicho y hecho, la maniobra ha costado la nada desdeñable cifra de 4.000 millones de dólares a causa del diferencial. Un fraude, según el juez Bonadio, mientras que para el ex ministro de Economía, Axel Kicillof, y el ex responsable del Banco central, Alejandro Vanoli, se trata de maniobras perfectamente lícitas, y acusan al funcionario de persecución política. El mismo leitmotiv que Cristina Kirchner, quien ha celebrado su reaparición con una manifestación orquestada por la franja más radical de su partido, La Cámpora.
La sede del Tribunal se vio ocupada y rodeada por cerca de 15.000 manifestantes, sin presencia de las fuerzas del orden, que de hecho delegaron el control en la Cámpora, que actuó completamente a discreción, permitiendo el acceso solo a periodistas alineados con el partido y utilizando la fuerza para alejar al resto (la mayoría) de la prensa, impidiéndoles realizar su trabajo. Un triste ejemplo de totalitarismo que lamentablemente se ha visto secundado por las palabras de la ex presidenta al salir del tribunal. Cristina se ha comparado con Yrigoyen y Perón, considerándose perseguida por la justicia, transformando así un acto judicial en político.
Pero le esperan tiempos muy duros, pues esta convocatoria no es más que la primera de las que le esperan. Todavía quedan la llamada Ruta del dinero K, un sistema gobernado por un hombre de paja de la familia presidencial, el ex empleado de banca Lázaro Baez que, aparte de organizar la fuga de capitales ilícitos fruto de la corrupción del gobierno anterior, gestionaba una sociedad de construcciones fundada una semana antes de la elección de Néstor Kirchner como presidente, llamada Austral, por la que habría obtenido ganancias por precios inflados en servicios que casi nunca se realizaban, aunque sí se pagaban íntegramente y por adelantado.
El dinero terminaba en una sociedad hotelera gestionada por Máximo Kirchner, Hotesur, a cambio del alquiler de cientos de habitaciones nunca utilizadas. Lo cual constituye la tercera causa por la que Kirchner tendrá que responder. Las otras están directamente vinculadas a su mandato, como la que ha supuesto el arresto del ex ministro de Transportes Ricardo Jaime, por irregularidades en la gestión y suministro de material ferroviario, o el ex vicepresidente Amado Bodou, que a cuenta de Néstor Kirchner compró una empresa que imprimía billetes, perteneciente a la familia Ciccone.
Pero la ex familia presidencial tampoco podía faltar en la investigación de los Papeles de Panamá, donde una sociedad vinculada a ellos, la Aldyne Ltd ha sido señalada por el diario francés Le Monde como una de las que ha utilizado el nombre de la Cruz Roja para desviar capitales hacia el paraíso fiscal de Nevada. En este caso se trata de una cifra de 35 millones de dólares. También el presidente Macri figura en la investigación panameña, con algunas sociedades registradas en la ya famosa firma Mossack Fonseca. Se trata de operaciones registradas en su momento en la sociedad de control Afip, donde Macri figura como miembro del consejo de administración de sociedades ficticias de su padre, Franco. De momento está en curso una denuncia, llevada adelante por el magistrado Federico Delgado, presentada por el diputado del kirchnerista FPV Darío Martínez, que le acusa de “omisión de declaración jurada”.
“Sé que hay gente preocupada por las denuncias del caso de los papeles de Panamá que me afectan, pero estoy muy tranquilo porque he respetado la ley”, ha declarado Macri, añadiendo que “me presentaré ante la justicia civil con toda la documentación que se me requiera para demostrar que no he escondido nada en la declaración que presenté en 2007”. Además, ha puesto todos sus bienes bajo control de referentes anónimos durante lo que dure su mandato, durante el cual no podrá ser informado sobre su gestión.