Una humillación en toda regla

Zapatero estaba convencido de que, aprobado el rescate para Grecia, todo estaba solucionado. Mientras nos zurraban los mercados, se desplomaba la bolsa y se disparaba el diferencial de deuda, se permitía, tras la reunión con Rajoy, asegurar eso de que quería reducir el déficit pero despacio. Suficiente para que los que ganan dinero apostando a la baja con la renta fija y la renta variable española encontraran nuevos argumentos.
El viernes en el eurogrupo Alemania y Francia le leyeron la cartilla. En el Ecofin de urgencia de ayer domingo pasaron de las palabras a los hechos y le obligaron a anunciar un recorte acelerado del déficit: 9,3 en 2010, 5.000 millones adicionales. Grecia es irrelevante para la estabilidad del euro, España no. Y España puede seguir siendo objetivo de los mercados porque tiene un Gobierno que no quiere hacer los deberes esenciales. Por eso Alemania y Francia han obligado a Zapatero a corregir. Necesitaríamos unas elecciones anticipadas, pero no las tendremos.