Entrevista a Paul Bhatti

´Si Occidente quiere salvar a Asia Bibi, hay que pagar a un abogado musulmán´

Mundo · Paolo Vites
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7 julio 2014
“Si ante una mujer que se llama Asia Bibi cuyo nombre quiero oír pronunciar en esta aula, que está detenida desde hace cuatro años en una cárcel de Pakistán por ser cristiana, no hay una Europa que se indigna, eso quiere decir que no estamos respondiendo a nuestra llamada, a nuestro destino”. Lo ha afirmado Matteo Renzi durante su discurso en el Europarlamento hace unos días.

“Si ante una mujer que se llama Asia Bibi cuyo nombre quiero oír pronunciar en esta aula, que está detenida desde hace cuatro años en una cárcel de Pakistán por ser cristiana, no hay una Europa que se indigna, eso quiere decir que no estamos respondiendo a nuestra llamada, a nuestro destino”. Lo ha afirmado Matteo Renzi durante su discurso en el Europarlamento hace unos días.

En efecto, de Asia Bibi prácticamente no se oye hablar. Sus condiciones físicas y psicológicas, después de cuatro años en el corredor de la muerte, están empeorando considerablemente. Así lo han denunciado varios activistas de los derechos humanos, también musulmanes, que piden su liberación. El proceso de segundo grado se pospone continuamente, dejándola en un limbo de soledad y de miedo. “Estoy muy decepcionado por la comunidad internacional”, afirma Paul Bhatti, hermano del ministro asesinado precisamente por su compromiso con Asia y con otros cristianos perseguidos en Pakistán. “Estoy decepcionado porque hasta hoy se ha limitado a hacer declaraciones, recogidas de firmas, tomas de posición que no sirven para nada. Asia está mal, necesita un colegio de abogados serio y de alto nivel: si en vez de recoger cincuenta mil firmas de las que ella no sabe nada, la gente mandara un euro cada uno, tendría una ayuda mucho mejor. Si cada uno se implicara de forma concreta, la ayuda sería decididamente mucho más significativa”.

¿Cómo está Asia realmente? Sabemos que sus condiciones de salud han empeorado, ¿qué noticias tiene usted?

Estamos en contacto, seguimos su situación, nos mantienen informados. La suya es una situación muy triste. Pero permítame decir que yo estoy muy decepcionado con la comunidad internacional.

¿Por qué?

El nombre de Asia Bibi se usa como bandera, incluso para darse publicidad, y basta, nada más.

¿Qué le gustaría que se hiciera?

Cosas concretas, empezando por darle una asistencia legal de primer nivel. Ella tiene un abogado que cobra una cantidad irrisoria, como doscientos euros. Necesita abogados de gran profesionalidad, pero son caros, no podemos pagarlos. Recientemente, un grupo de españoles vinieron a Pakistán para presentar una recogida de firmas pidiendo la liberación de Asia, como cien mil firmas. ¿Pero de qué le sirven a ella esas firmas en el corredor de la muerte, aislada, sin poder permitirse pagar a un abogado serio?

¿Hace falta entonces ayuda económica?

Si cada uno de esos que han firmado esta petición hubiera dado un euro, tendríamos la suma necesaria para pagar una asistencia legal de nivel, lo que ella necesita. En cambio, la gente se da por satisfecha con estas recogidas de firmas, que en lo concreto no sirven de mucho.

Hace unos días un activista musulmán lanzó una petición pidiendo la liberación de Asia. Es interesante que también se muevan los musulmanes, ¿no?

Algunos de ellos lo han hecho, pero no es la primera vez, aunque el caso es extremadamente complejo. Tras el caso de Asia Bibi se esconden verdaderas fuerzas ocultas, los lobbys islamistas, los mismos que mataron al gobernador y luego a mi hermano. Pero nosotros queremos hablar con estas personas, yo mismo me he movido para tratar de encontrarlas. Solo un diálogo estratégico podría resolver el caso. Yo me moví cuando el marido de Asia vino personalmente a pedirme ayuda, desde entonces estoy buscando un apoyo legal que sea verdaderamente útil para ella.

¿Tal vez un colegio internacional de abogados?

No, hace falta un abogado musulmán que la defienda. Se trata de la ley islámica, si por medio estuviera un abogado cristiano tendría muchas dificultades desde el primer momento, le dirían que no entiende la cuestión, que no conoce la ley islámica. Volviendo a su pregunta anterior, existe una simpatía diplomática internacional por Asia, hay musulmanes que la apoyan, pero eso no es suficiente. Hacer declaraciones ya no sirve. Ahora hacen falta hechos.

Mientras tanto, el proceso de segundo grado se sigue posponiendo con una excusa o con otra.

Es normal, los jueces están bloqueados, tienen miedo. Si la condenan, saben que recibirán las críticas de la comunidad internacional y también de parte de la local. Si la liberan, saben que hay extremistas dispuestos a matarles. Este caso se está gestionando con cierta estrategia: nosotros queremos discutir con los que están maniobrando a espaldas de Asia y buscar una vía de salida.

Muchos cristianos se preguntan qué hacer, aparte de rezar por Asia.

En el pasado, en cuanto a tomas de posición, se ha hecho muchísimo. Lo ha hecho el gobierno italiano, lo ha hecho también el Papa Benedicto, pero desgraciadamente no ha servido para nada. Mi hermano fue asesinado porque la defendía, eso es lo que pasó. Pero insisto: no es tiempo de declaraciones sino solo de ayudas concretas; démosle un abogado, no palabras.

Sin embargo, todos estamos impresionados por el gran testimonio de fe de Asia y de muchos cristianos perseguidos como ella.

Eso es verdad, y es muy importante. Nuestros hermanos en Occidente no saben cómo viven los cristianos del Pakistán o de Irán, o de otros muchos países, que son perseguidos hasta la muerte. Pero a los cristianos perseguidos también les llega el momento en que se desaniman. Viven continuamente con el miedo a ser torturados, se sienten solos y perseguidos por su fe.

El Papa ha dicho que hoy hay más cristianos mártires que en los primeros siglos de la historia de la Iglesia.

Exactamente. Muchos de ellos vienen a pedirme ayuda y debo decir que, aunque no hablamos de ello públicamente por motivos de seguridad, conseguimos hacer muchas pequeñas cosas por ellos. Hemos hecho también cosas importantes, como ayudar a niñas a las que han obligado a casarse a recuperar su libertad, o a cristianos condenados por blasfemia a salir de la prisión. No tenemos publicidad, pero todos los días estamos dedicados a ellos. Sin embargo, para poder hacer estas cosas necesitamos ayuda concreta.

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