Renzi comienza a recibir apoyos de la clase política

Comencemos por Pier Ferdinando Casini. Su visión tiene un valor importante, no solo por los cargos que ha ocupado, sino, sobre todo, porque presentó candidatura conjunta con el exPrimer Ministro Mario Monti en las elecciones de 2013, y hay que recordar que Monti ha dicho que votará en contra de la reforma constitucional, con lo que Casini le enmienda la plana en esta entrevista.

Aunque es cierto que el mejor momento político de Casini ha pasado ya, sí se puede decir que conoce muy bien los entresijos de la política italiana del último cuarto de siglo. Hay que tener en cuenta que Casini fue diputado ya en la IX legislatura (la de los años 1983-87), y que ha pertenecido a la Cámara de Diputados hasta 2013, en que pasó al Senado (por tanto, sería uno de los perjudicados en caso de que la reforma siguiera adelante, ya que perdería su condición de senador). Así, lo primero que señala Casini en la entrevista es que ´(…) hay demasiados gritos y un clima de conflicto que no permite a los ciudadanos hacerse una idea sobre el contenido de la reforma. En lugar de reflexionar sobre las medidas, se discute sobre Renzi, su gobierno y sobre cuestiones políticas generales´. Preguntado sobre qué pasaría si gana el ´no´, responde: ´Sería una pena y una pérdida de credibilidad para Italia que, después de tantos años de reforma constitucional, tirásemos al viento esta ocasión´.

A su juicio, todo este tema que tanto se ha atribuido a Renzi, en realidad tiene mucho más que ver con el exPresidente de la República Giorgio Napolitano. Lo explicó de la siguiente manera: ´Yo pienso que es necesario cambiar. El padre de esta reforma se llama Giorgio Napolitano, quien en la sesión parlamentaria de su confirmación por segunda vez como presidente (en abril de 2013), pidió un compromiso para las reformas. El parlamento lo aplaudió y lo votó en masa. Luego se olvidaron´. También se le preguntó si la reforma constitucional no podía coincidir hacia una deriva autoritaria. Dijo al respecto: ´Durante veinte años hemos escuchado a todo el mundo que la deriva autoritaria era la de Silvio Berlusconi. Hoy oímos la misma letanía hacia Matteo Renzi. Es un falso argumento. Todos los primeros ministros de las dos últimas décadas, incluyendo Prodi y Berlusconi, se lamentaron de que tenían pocos poderes. En la reforma actual, ni siquiera se ha tocado el poder del primer ministro. Así que toda esta polémica está totalmente fuera de lugar´. Y concluyó con una advertencia para quien quisiera escucharle: ´Espero que gane el ´sí´. En caso contrario, el único que sacará una ventaja clara de una eventual victoria del ´no´ será Beppe Grillo y su Movimiento 5 Estrellas. (…) hay una gigantesca instrumentalización política. Se intenta golpear a Renzi y a su gobierno, que hoy constituye la única alternativa al caos en Italia´.

Mientras, Romano Prodi, quien hace unas semanas se había mostrado disgustado con la imagen de Renzi rodeado de banderas italianas y manejando un lenguaje no precisamente europeísta, también ha anunciado su voto favorable a la reforma. ´Espero que ayuda a reforzar la democracia´, dijo el exPrimer Ministro y uno de los políticos más respetados en Italia y, sobre todo, fuera de su país. Reconociendo que había querido mantenerse al margen de la lucha política y había apostado por la más exquisita neutralidad en el sentido de hacer escuchar su voz públicamente, había considerado ´su deber hacer público el voto. Aunque las reformas propuestas no tienen la profundidad y claridad necesarias, por mi historia personal (recordemos que fue precisamente la pérdida de senadores la que hizo caer prematuramente su gobierno a comienzos de 2008) y las posibles consecuencias en el exterior, hago público mi ´sí´. Y coincidía con Casini en que ´(…) una modesta reforma constitucional se haya transformado en una lucha a favor o en contra del Gobierno, transmitiendo en Italia y en el exterior una imagen de debilidad que, sea cual sea el resultado del referendum, se transformará en un período de inútil y dañosa turbulencia´.

A solo tres días de la votación decisiva, como podemos comprobar las espadas no pueden estar más en lo alto. Pero en esta ocasión Renzi ha recibido dos buenos apoyos de dos personas que han vivido y sufrido los problemas de gobernabilidad del país en las últimas décadas. Veremos si de aquí al Domingo no aparecen nuevas muestras de apoyo que pongan fin a la soledad en la que se encuentra el Primer Ministro en esta dura batalla política.