´No debemos perdernos en la discusión sobre el abaratamiento del despido`
En la presentación de su Ley de Economía Sostenible, el presidente Zapatero planteó introducir medidas para "modificar el sistema de negociación colectiva para mejorar la flexibilidad interna de las empresas; para el fomento del uso de la reducción de jornada como instrumento de ajuste temporal de empleo; y para la revisión de la política de bonificaciones a la contratación. Al mismo tiempo afirmó que no está dispuesto a abaratar el coste del despido. ¿Anticipa esta limitación una reforma laboral de bajo perfil? ¿Cómo puede afectar a los resultados de la reforma esta limitación anunciada por el presidente del Gobierno?
Creo que no deberíamos perdernos en una discusión sobre el abaratamiento del coste del despido. En España tenemos un mercado laboral dual en el que, de hecho, despedir a una parte muy importante de los trabajadores (aquéllos sin un contrato laboral indefinido) es francamente barato. Por tanto, hacer del coste del despido el elemento principal de las reformas supone un desvío de atención respecto de los elementos que deben configurar una reforma laboral profunda y significativa.
La ministra Salgado es favorable al modelo alemán que establece compensaciones salariales por reducción de la jornada de trabajo. El modelo abre la posibilidad de que las empresas puedan reducir la jornada laboral y el Estado compense a los empleados por las horas no trabajadas. ¿Cree que puede aliviar el proceso de destrucción de empleo que padecemos? ¿Es suficiente para atajar el problema?
El llamado "modelo alemán" o cualesquiera otras medidas que doten de incentivos a los empresarios para mantener los puestos de trabajo pueden ser eficientes en un contexto en el que se está produciendo una fuerte destrucción de empleo. Es necesario, sin embargo, ser mucho más ambicioso y crear un marco laboral adecuado que permita no sólo evitar la destrucción de empleo, sino la creación de nuevos puestos de trabajo.
En su boletín económico de noviembre, el Banco de España destaca que a lo largo de este año se han incrementado los flujos de salida hacia la inactividad debido al aumento del paro. La entidad señala que se está dejando de buscar empleo de forma activa debido a las "malas condiciones del mercado laboral". ¿Qué mejoras considera que se deberían introducir en las políticas activas de empleo?
Es preciso crear incentivos para que las personas que se encuentran en paro busquen salir de esa situación pronto y para que los empresarios contraten gente en situación de desempleo. Uno de los riesgos fundamentales de la actual situación económica es que el paro tenga una larga duración. Ello, a su vez, complica las posibilidades de reinserción en la vida laboral, además de constituir una situación social muy grave. Por tanto, el refuerzo de los planes de formación que faciliten los cambios profesionales, el incentivo de la movilidad y los incentivos a las empresas para que contraten desempleados deben ser ejes de cualquier reforma que quiera atacar el problema de fondo.
¿Considera necesaria la simplificación del modelo de contratación? ¿Cómo se podría combatir la temporalidad de los contratos?
Como decía, uno de los problemas de nuestro mercado laboral es la dualidad. Hasta ahora, la crisis económica se ha cebado con los más débiles. Es decir, con aquellas personas que están en una situación de temporalidad. Se critica con frecuencia que nuestro mercado laboral es excesivamente rígido, y ello es cierto en muchos aspectos. Los contratos temporales han sido probablemente el único mecanismo que ha permitido dotar a nuestro mercado laboral de flexibilidad. Ello genera otras distorsiones que hay que corregir. Por tanto, creo que la reforma que nuestro mercado laboral precisa debe evitar que la flexibilidad provenga sólo de la existencia de contratos temporales.
¿Qué otras medidas contribuirían a la reactivación del empleo en nuestro país?
Sin duda, la mejor y única vía para que se reactive el empleo es que se recupere el crecimiento económico. Por tanto, todas aquellas medidas que permitan que nuestra economía vuelva pronto, no sólo a tasas positivas de crecimiento, sino a tasas suficientes para la creación de empleo irían en la dirección correcta. Es necesario un proceso de consolidación presupuestaria creíble, que permita devolver el presupuesto público a la senda de la sostenibilidad. Por otro lado, la reactivación del crédito es condición necesaria para la recuperación económica. Es preciso, pues, que la necesaria reestructuración y redimensionamiento de nuestro sistema bancario se produzca cuanto antes y de forma que mejore la eficiencia del sistema financiero en su conjunto.