Leopardi explica a Ricky Rubio
El público del Príncipe Felipe en Zaragoza le recibió con una calurosa ovación que casi parecía abrazar el dolor que ha pasado en los últimos meses. Después de unos meses sin competir y de renunciar a ir al pasado Mundial de Baloncesto, para cuidar su salud mental, Ricky Rubio ha vuelto a las canchas con la selección española.
Ni el nivel de la selección ni el de Ricky Rubio en los partidos de la ventana para la clasificación del próximo europeo ha sido bueno. De hecho hemos cosechado dos derrotas que no tienen necesariamente que hacer peligrar la clasificación para el Eurobasket pero más importante que las derrotas ha sido la vuelta a las canchas de Ricky Rubio. Y es que para cualquier buen aficionado al baloncesto siempre es una buena noticia ver jugar al base formado en el Joventud de Badalona.
Se ha escrito mucho sobre su enfermedad mental y se le ha alabado justamente su valentía por visibilizar el problema. Quizá algún observador superficial se pregunte cómo un chico famoso, con dinero que trabaja en algo que le gusta e incluso yo diría que atractivo puede sentir tristeza y depresión.
Según él mismo la muerte de su madre, a causa de un cáncer de pulmón, ha sido algo que le ha costado superar. A su madre le hizo la promesa de ayudar a los demás. Lo que el genial jugador ha desarrollado con creces y es que se ha volcado en la ayuda a personas que sufren cáncer, especialmente niños. Desde luego Rubio no parece una persona superficial, y los que lo conocen bien hablan de él maravillas. Se nota que es un chico estupendo hasta jugando en la pista.
Entonces ¿Cuál es el problema? Al hombre no le basta con ser bueno sino que la vida tengan un significado.
Querido Ricky, no estás mal hecho, no eres como un electrodoméstico que ha dado un error y hay que cambiarlo por mal funcionamiento. La tristeza, el vacío son signos de la exigencia de que la vida valga la pena, de que las cosas perduren incluso la muerte de tu madre.
Ya lo expresaba con genialidad Giocomo Leopardi en sus “Pensamientos”:
y siempre acusar a las cosas de su insuficiencia y de su nulidad, y padecer necesidades y vacío, y, aún así, aburrimiento me parece el mayor signo de grandeza y nobleza que se pueda ver en la naturaleza humana.
En ese darte a los demás con generosidad espero que puedas hacer un camino humano que te haga poder encontrar respuestas a tus exigencias y es que entender las cosas más importantes de la vida sólo está reservado al que mira las cosas con la sencillez de un niño.
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