Las leyes son instrumentos para nuestra convivencia pacífica
Querido director:
Muchas gracias por su contribución, me gustaría comentarle algunas cosas sobre lo publicado recientemente en su periódico sobre el tema de la amnistía.
En el último editorial de este periódico he leído: “La verdad no es un enunciado. En el ámbito de la vida una definición, un enunciado, solo se puede formular cuando ha sido conquistado por la experiencia, de otro modo, es una forma de violencia”
Esto lo he percibido a mí alrededor y en mí misma. Se puede decir la unidad de España es un bien y expresar un malestar último y de un modo violento. No es obvio reconocer que el otro es un bien, es una experiencia que hay que conjugar en gerundio. Creo que todo se resume en si el otro es un bien o no. Y fruto de este reconocimiento en positivo se puede decir, de un modo más verdadero, la unidad de España es un bien.
Con todo el otro puede no reconocerlo. Y ahí entra mi duda sobre Cataluña. Si ha llegado un momento que el otro (los nacionalistas) no lo reconocen (en su gran mayoría) y no podemos saltar su libertad de no reconocerlo. Y al mismo tiempo hay un chantaje continuo. Creo que España no puede vivir con esa tensión continua con los nacionalistas. Nos quema las energías cuando el otro no se quiere contentar nunca. Es malvado por parte de los políticos generar esta división para alcanzar el poder. A lo mejor para la salud de la relación es mejor separarse (como se separan los matrimonios). Mi duda es si hemos llegado ya a ese punto de no retorno que ciertamente es muy doloroso.
Si discrepo en sus editoriales sobre la amnistía al tratar el tema de la justicia donde me han sonado subjetivos. Claro que la Constitución no tiene que ser un texto esculpido en piedra. Pero nos hemos dado unas leyes que sirven de base de nuestra convivencia. Por ejemplo, en días pasados hubiera ido de buen grado a Ferraz a unirme a las manifestaciones que allí se producían. Pero he pensado que la sede de un partido político no es el mejor lugar para manifestarse además que eran manifestaciones que no estaban autorizadas. Me puede apetecer mucho pero si nos hemos dado unas normas nos ayudan a vivir sin violencia hay que respetarlas. Los nacionalistas han traspasado varias líneas rojas en cuanto a temas judiciales.
Hoy somos Monarquía y mañana podríamos ser República y mañana se podría negociar la independencia de Cataluña. No tienen que ser realidades inmutables pero hay caminos para esos propósitos que no se pueden consentir porque rompen la convivencia pacífica lo que incluye el cumplimiento escrupuloso de las leyes. Por eso estoy en contra de los indultos y de la Ley de Amnistía que propone el Gobierno. Entramos en una carrera que no sabemos cómo acabará. Y si mañana los constitucionalistas hicieran una barbaridad en nombre de la unidad de España, también me parecería mal que luego los indultara si gobierna la derecha. Así estábamos en los años 30 con indultos a Sanjurjo e indultos a los responsables del levantamiento del 34 dados según gobernaban unos u otros… y acabamos como acabamos.
O sea, las leyes no son adornos bonitos sino instrumentos que nos ayudan en nuestra convivencia.
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