Entrevista a David Cerdá

La verdad es adecuación a la realidad

Entrevistas · Juan Carlos Hernández
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27 mayo 2024
Entrevistamos al autor de "El dilema de Neo" (Rialp). La lucidez sirve para buscar la verdad y solo la encuentran quienes se enamoran de ella, aunque entrañe sacrificios, pero a la vez conlleva satisfacciones. La lucidez y el asombro van juntos.

Así describe “El dilema de Neo”, que es el último libro de David Cerdá, Antonio Rubio Plo en estas páginas. Hemos querido entrevistar al autor del libro para poder profundizar en algunas de sus tesis más sugerentes.

Hay una primera cosa que me llama la atención en el libro. Se podría pensar en que una persona lúcida es una persona con una inteligencia especial o con grandes estudios sin embargo relacionas lucidez, entre otras cosas, con la capacidad de asombro y con el darse a los otros.

La lucidez es personal pero yo creo que la propia persona es sociocéntrica. Nadie puede conseguir nada y menos en el mundo actual sin relacionarse. El mundo es muy complejo, una persona que nace hoy tiene que hacerse con todo el acervo civilizatorio de siglos y siglos, es decir, hay muchísima información y muchísimo conocimiento que hay que más o menos incorporar a su vida para poder tomar decisiones y ser un ciudadano adecuado entonces todo esto hace que la lucidez dependa de las relaciones que tenga uno. Cuando uno lee establece relaciones con gente muerta o viva porque eso son conversaciones yo veo que es un tema que depende muchísimo de crearse un ecosistema de lucidez. O sea la lucidez no es una persona en un cuarto aislada, bueno si estás con un libro estás hablando con alguien, sino que depende mucho de con quién te juntes y a quién escuchas. Yo he hablado en el libro de la dieta intelectual y sentimental y esa dieta te la dan los libros pero los libros llegas a ellos según quién te los recomiende. Necesitamos un ecosistema de lucidez de gente que te diga la verdad, que te ponga las pilas, que no te aplauda, gente exigente y no mediocre y creo que todo eso es una labor personal pero no deja de ser social por todo lo que te he dicho.

Tres libros que recomendarías para conversar.

¡Es difícil quedarse con tres porque hay muchísimos! Uno con el que tengo una relación especial y creo que es el libro que más veces he leído es “El Sunset Limited” de Cormac McCarthy. Es un libro que es una obra de teatro-diálogo pero a la vez es uno de los mejores análisis de lo que nos pasa en la posmodernidad y, por lo tanto, es un libro esencial para entender la relación también entre la fe y el conocimiento, entre el sentimiento y el intelecto. Es un libro esencial.

Un segundo podría ser “Los miserables” de Víctor Hugo que es un libro que es un camino por la sociedad, por ciertos principios, por ciertos comportamientos, por la compasión… yo creo que es una gran historia que recoge muchas cosas.

Y luego un tercero diría “Hamlet” que es un libro que he traducido y que para mí es muy importante. Hay tantas cosas en “Hamlet” que es difícil empezar por un sitio y terminar.

A los jóvenes se les bombardea sobre la tolerancia, la igualdad, la solidaridad… pero ¿más que una teoría sobre ella necesitamos ver personas donde eso se hace experiencia?

Yo creo que el camino hacia la lucidez y hacia el bien tiene tres grandes caminos. Uno es tener grandes ejemplos y admirar a la gente adecuada. La conversación ayuda muchísimo lógicamente porque te va desarrollando ideas y luego las experiencias que son esenciales.

Y yo creo que los chavales no han entendido esa parte bien, por culpa nuestra, porque realmente en el sistema educativo no se les comunica ni se les hace pasar por experiencias así.

“A los chavales les llenamos de homilías laicas que siguen el mainstream que no se puede ni discutir”

Por un lado hay un discurso que yo le llamo “homilías laicas” sobre lo que hay que hacer, hay que ser tolerante… pero realmente, en el fondo, hay mucha cobardía. Por ejemplo, en los colegios se les trata entre algodones para algunas cosas y para otras no se les tiene en consideración para nada. No hay experiencias de argumentación, hay incluso profesores que llaman la atención a los niños cuando intentan refutar algo. No hay una verdadera experiencia de diálogo como una búsqueda cooperativa de la verdad y ni siquiera saben lo que es la verdad, ni nunca les han explicado qué es la verdad. Básicamente llamamos tolerancia a quitarnos de en medio, es decir, yo no soy nadie para decirle nada a mi prójimo ni siquiera sé que tengo un prójimo. Tú estás aquí, yo estoy acá y estamos llamando tolerancia al desinterés y a la cobardía. Y eso es la tolerancia posmoderna, tú no te metas en mis cosas, yo no me meto en las tuyas siempre y cuando se acepte, por supuesto el discurso mainstream que es absolutamente una fe que no se puede ni discutir. La lucidez es dialogar y dialogar es arriesgarse a estar equivocado y por lo tanto tienes que hacer ese esfuerzo.

¿Qué nos perdemos si falta esta conversación que caracteriza esta época de la cultura de la cancelación? ¿Es también el caldo de cultivo para el desarrollo de totalitarismos de distinto signo?

Al final no tenemos nada que aprender del otro y es, sin duda, el inicio de la polarización. Que la gente no piense demasiado porque es peligroso. Trazamos líneas y que la gente no tenga que pensar demasiado. Como hemos visto con el enfrentamiento entre Sánchez y Milei que son dos ejemplos de exactamente lo mismo, donde se necesitan mutuamente para crear esa ilusión de que solamente hay dos versiones. Al final no hay matices y el pensamiento cuando se hace muy simplón pues lo que hace es que nos retribalizamos volvemos a ser tribales y es enormemente peligroso porque ya sabemos cómo terminan estas cosas. Nosotros tenemos que negarnos a eso y ver matices y de hecho tenemos que ser capaces de hablar y tenemos que ponernos de acuerdo sobre lo que está bien y lo que está mal.

Hay muchos políticos que prefieren vender la ideología que es a los que se dedican es lo que saben hacer y sin embargo no dedican ni un minuto a lo que realmente necesitamos que es que hagan sus propuestas, discutámoslas, vemos dónde son débiles, dónde están fuertes y por tanto.

A mí me parece lamentable que siempre tenemos que estar hablando de la política y no de las cosas que nos importan, cosas como las que estamos hablando aquí, ellos ocupan un espacio porque realmente no venden gestión ni venden solución de problemas sino que venden relatos. Pero creo que cada vez la gente está más harta y va buscando otra cosa y yo creo que el primer esfuerzo político que se produzca de volver a hablar de la polis en serio y de devolver la responsabilidad a los ciudadanos posiblemente creará un cierto rechazo al principio por la extrañeza pero creo que será una baza francamente ganadora.

La inmensa mayoría de la gente que no está muy estropeada en su capacidad de juicio sabe que el camino es ese y por tanto yo creo que hay una gran oportunidad y se empieza a abrir una gran oportunidad para acabar con como diría Sánchez con el fango que ellos mismos esparcen.

¿Los electores no tenemos también cierta corresponsabilidad al dejarnos llevar por nuestra pereza intelectual de conformarnos con el zasca de turno y no querer profundizar en la complejidad de los problemas?

Tenemos que asumir nuestros errores y no quejarnos tanto de la sociedad. En el libro hay cierto diagnóstico pero como has visto dedica poco tiempo al diagnóstico y mucho más tiempo a la solución y muchísimo más tiempo al ¿cómo se hace ser lúcido? y ¿qué beneficios tiene? porque yo creo que tampoco debemos de quedarnos en echarle la culpa a la sociedad ya que eso nos lleva a la inacción. Yo creo que es una labor personal y cada uno tiene que hacer su parte y por lo tanto es un libro para que cada persona asuma su responsabilidad en su familia, en su comunidad, en su barrio y en su propia persona.

Tengo un amigo que me dice que hoy lo más contracultural es hablar bien del tiempo presente ¿dónde ves un hilo de esperanza?

Sin duda esta es la época más interesante de la historia con los cambios más poderosos. Lo que pasa es que hay cierto retroceso pero si los miras con perspectiva estamos en un momento fantástico para aprender rapidísimo de muchas cosas. Hoy se podrían hacer virguerías con el pensamiento crítico a poco que haya voluntad porque además lo bueno que tiene es que hay gente para buscar la verdad y para desearla que es algo que necesitamos en nuestra vida con lo cual igual tú y yo estamos aquí hablando y hacemos esta entrevista, hay muchísima gente de la sociedad civil que sí tiene intención. Además la esperanza es un deber ni siquiera tenemos derecho a arrojar la toalla porque tenemos padres, hijos, conciudadanos, alumnos… tenemos una labor ineludible, yo vivo todo esto con mucho gozo. El libro es un libro de gozo que transmite esperanza y transmite la belleza que tiene aun cuando la cosa está difícil. Yo no hablo mal de mi tiempo, a mí me gusta hacer diagnósticos, propuestas y soluciones. Si te quedas solamente en el diagnóstico me parece que no estás ayudando y yo siempre intento terminar con soluciones no sólo en el libro sino que ahora estoy haciendo un programa que hemos sacado en Sevilla que se llama Divergente, tengo mi propia labor como conferenciante y como formador intento trabajar en este camino… intento hacer un montón de cosas y animar a la gente a hacer cosas y de hecho se pueden hacer realmente así que yo creo que ese sentimiento de desesperanza no está justificado aparte de que no es ni siquiera una opción.

“La dignidad es el valor incalculable de cualquier vida humana”

Hay un ejemplo muy bonito que pones en el libro hablando de vida digna cuando pones el caso del niño que se cae en el pozo y se moviliza todo por rescatar un niño que además sabíamos que probablemente ya había fallecido. Me parece que está muy bien traído el ejemplo.

Digno es algo que no tiene precio, eso lo vemos montones de veces. Pasó también con el volcán cada vez que hay una desgracia descubrimos que hay un montón de gente buena y que en el ser humano está la comprensión de lo que es la dignidad que es el valor incalculable de cualquier vida humana yo creo que se manifiesta de manera bastante inmediata salvo que estés muy estropeado aquí también el problema es que los malos y los tontos hacen mucho ruido pero realmente tenemos una capacidad bastante natural de entender que este es el camino. El camino es el otro, el camino es el próximo, el camino es ayudar.

Me viene ahora también a la mente el incendio de hace unos meses en un edificio en Valencia con el conserje que salvó la vida de muchos vecinos. Hay veces que la belleza se impone de un modo que cualquiera la puede reconocer.

Está bien indignarse si no es por tonterías y es la posición normal del ser humano porque siempre vamos buscando más y nos fastidian las cosas que percibimos que se pueden mejorar y queremos ser ambiciosos.

“La tristeza es un profesor que te da la información de que algo no funciona”

Hablas en el libro sobre la tristeza que hoy en día no tiene buena prensa.

La frustración, la tristeza… yo creo que todas esas cosas son muy importantes para nosotros. Por ejemplo uno está en casa con una situación difícil con los niños, estás peleando y dices bueno, ahora mi hijo está frustrado en su cuarto está triste o lo que sea, y luego ves que es que tiene que estarlo. La gente que no pasa por esas cosas es profundamente peligrosa y luego siempre termina quebrándose, tenemos que abrazar también la conflictividad del ser humano intentando siempre no llegar al enfrentamiento que cause víctimas pero hay que enfrentarse con las partes desagradables del ser humano con valentía.

La tristeza de la que hablas porque hoy en día tiende a tratarse casi como una patología a censurar pero entonces esa “sana tristeza” ¿Es también una escalera hacia la lucidez?

Yo creo que la tristeza es un signo de salud mental y salud espiritual. La gente que no se pone triste es terrorífica. Todas las emociones son información y por tanto tienen un sentido evolutivo. Entonces, ¿qué es la tristeza? es un informe del cuerpo que te dice recógete porque hay algo que no funciona puede ser una señal falsa y tú estás haciéndote daño, por ejemplo, estás triste porque la gente piensa que tu cuerpo no es el adecuado pues esa señal es equivocada tu interpretación no es la adecuada y por tanto eso te va a hacer daño pero claro que es adecuado, por ejemplo, entristecerse por hacer algo mal. A mucha gente a base de repetirle que la vergüenza no existe, la culpa no existe pues nunca se tiene vergüenza de nada y entonces no aprenden. Básicamente la tristeza es un profesor y cuando la lección es adecuada, a veces la lección es inadecuada, entonces la tristeza enseña. ¿Qué hace la tristeza? Hace que se te quiten las ganas de salir y te entren ganas de pensar entonces el ser humano necesita pensar y yo creo que la tristeza puede ser es imprescindible para reflexionar ciertas cosas. Si me siento mal conmigo mismo hay algo ahí que me tengo que parar un momento y hay demasiada gente que va corriendo a todos lados apuntándose de cosa en cosa y sin darse esa oportunidad.

Hablas también de que la falta de silencio de la sociedad actual no ayuda a esto.

Ahí nosotros tenemos que ir al contraataque ha habido épocas donde quizás el ser humano necesitaba un acicate para la velocidad porque todo iba muy lento y porque todo era muy burocrático y todo era demasiado fragmentario. Ha habido épocas así y con facilidad para lo lento y dificultad para cierta velocidad que nos hace falta de vez en cuando porque la vida hay que vivirla y hay que hacer cosas. Yo creo que este mundo es justo al contrario y entonces todo aquel que trabaja en la lentitud va a acertar porque casi todo el mundo tiene un problema de velocidad y lo que yo escucho tanto en chavales como en personas mayores, en directivos… Todo el mundo dice no me da la vida, estoy despistado, estoy corriendo y claro luego hablamos de salud mental pero no hablamos de la necesidad de que tú puedas construir tus propias soluciones y al final necesitas un terapeuta. Hay gente que lo necesita pero hay mucha gente que no lo necesita sencillamente antes de estar roto tengo que parar y pensar y eso es lo que intenta invitar también el libro, dar una vuelta a ciertas cosas porque antes de que llegue ese momento crítico te mejorará.

“¡La verdad es muy sencilla, es la adecuación a la realidad!”

Te he oído también relacionar verdad como adecuación a la realidad, ¿podrías explicar esto?

Voy a abrir un paréntesis la cuestión sobre la verdad como tú sabes filosóficamente tiene mucha profundidad por algo que llamaríamos epistemología qué es cómo accedemos al conocimiento de la realidad. Quitando eso, en términos generales para la inmensa mayoría de las personas la verdad es sencillísima, la verdad es que a la gente le da una vuelta que yo como filósofo no entiendo por qué ¿qué es la verdad? Curiosamente esa frase como sabes es de la referencia clásica de Poncio Pilato que no es que sea una muy buena referencia porque era un tipo bastante ladino y era básicamente un agente político que iba buscando cómo salvar el cuello. Sobre qué es la verdad señores no le deis más vueltas salvo que queráis estudiar epistemología que para mí es apasionante. ¡Señores la verdad es muy sencilla! Es la adecuación a la realidad todo lo que pensamos y todo lo que hacemos tanto un plan de negocios como mi idea sobre mi matrimonio, mi familia, mis juicios políticos todos son juicios yo tengo teorías sobre la realidad y esas teorías sobre la realidad son mejores o peores en función de que se acerquen a la realidad y naturalmente la manera de acercarse a la realidad es estudiarla, conversar, leer, escuchar… ver entonces según sean tus juicios de verdad tendrás más o menos opciones de que te salga bien la vida. Luego está la suerte o no que te viene un viento y se te lleva por delante o porque tienes una enfermedad grave y se acabó o sea que no es una garantía pero yo creo que las sociedades mejores y las personas mejores son aquellas que dicen voy a intentar añadir cuanta más verdad a mis juicios posible. Entonces ¿Cómo se añade cantidad de verdad? ¿Con quién te juntas? ¿Qué cosas lees, qué cosas ves? y ¿Cómo dialogas? ¿Con la intención de quedar por encima de los demás y vencer? o ¿Con la intención de aprender? Si haces esas cosas verás que en tu vida hay más verdad y el bonus track es que cuando en tu vida hay más verdad eso te lleva de manera bastante natural al bien y a la belleza porque al final la relación entre la belleza y la verdad es ostensible.

Si tu vida quieres que sea bella y buena difícilmente lo vas a conseguir sin añadir mucha verdad a tu vida y luego que la propia búsqueda sea una aventura que te apetezca yo es que busco la verdad y hago todas esas cosas porque la vida así es maravillosa.


DAVID CERDÁ

El dilema de Neo. ¿Cuánta verdad hay en nuestras vidas?

Rialp. 282 páginas. 18 €

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