La campaña del diferencial
El veredicto de las encuestas, con diferencias que van de los 12 a los 17 puntos de ventaja, es unánime: el PP gobernará con una mayoría absoluta holgada y el PSOE se desploma a mínimos históricos. El problema, pues, de lo que queda de campaña es cómo llega la deuda española al viernes y cómo abre el día 21 en los mercados.
Parecía que la dimisión de Berlusconi iba a satisfacer a unos inversores que se están haciendo de oro al atacar a un euro estructuralmente débil, como lo es cualquier moneda que no tenga gobierno económico. Pero el diferencial del bono italiano este lunes ha seguido por encima en los 500 puntos y el español se ha disparado a los 430 puntos. Dicho de otro modo, ni el Gobierno técnico de Monti en Italia ni la expectativa de un Gobierno fuerte de Rajoy frena los movimientos contra la moneda única. El sábado el líder del PP tuvo una intervención inteligente cuando dijo que no es el momento de los gobiernos técnicos sino de los buenos gobiernos.
Ciertamente es el momento de revindicar la política, si hubiera habido más política de la buena otro gallo nos cantaría con el euro. Rajoy apunta en la buena dirección pero esa apuesta no puede ser puramente nominal, la semana que viene a estas alturas tendrá el reto de convencer no a los electores sino a los inversores de que su Gobierno va a ser contundente con el déficit y con la reforma laboral. Tiene que actuar muy rápido.