Juicio a la Iglesia contemporánea
En primer lugar, PPP celebraba la sinceridad con la que Pablo VI reconocía que la Iglesia estaba perdiendo al mundo. "A Pablo VI le ha bastado con un vistazo a la Iglesia desde fuera para comprender su situación histórica real; luego, al revivirla desde dentro, ha resultado trágica". Para PPP, el discurso de Pablo VI "traza el fin del papel tradicional de la Iglesia". Pasolini se pregunta: "¿No hay solución? ¿Será porque el fin de la Iglesia es inevitable a causa de la traición de millones y millones de fieles -sobre todo campesinos, convertidos al laicismo y al hedonismo consumista- y la decisión del Poder, ya seguro de tener en un puño a los antiguos fieles gracias al bienestar y sobre todo a la ideología que les ha impuesto sin nombrarla siquiera?". Estremece ver cómo estas preguntas-afirmaciones se pueden proyectar sobre el presente con una claridad meridiana.
Pero PPP piensa que no todo está perdido: para él, la Iglesia "debería pasar a la oposición, contra un poder que la ha abandonado de modo tan cínico, con el propósito de reducirla sin contemplaciones a puro folclore". Así, el cineasta anima a la Iglesia a "reconquistar a los fieles, o a los que tienen una nueva necesidad de fe, que se han apartado de ella justamente por ser lo que es". Y el marxista Pasolini va más allá: "Si la Iglesia reanudara una lucha […] no para conquistar el poder podría ser la guía de todos los que rechazan el nuevo Poder consumista que es completamente irreligioso, totalitario, violento, falsamente tolerante, más represivo que nunca, corruptor, degradante". Concluye con gravedad que si la Iglesia no hace eso, se suicida. Dicho con otras palabras, Pasolini propone sustituir un planteamiento hegemónico por la autenticidad de una propuesta de fe.
Y en este punto, PPP entronca con el artículo que comentábamos la semana pasada sobre la televisión, y acusa a la Iglesia de no haber entendido que este medio de comunicación es el instrumento más poderoso al servicio del nuevo Poder enemigo del cristianismo. "La televisión ha inculcado un laicismo, aunque sea tosco, en los ciudadanos". Pasolini cree que la Iglesia juguetea con la televisión, retransmitiendo fastuosas liturgias, sin darse cuenta de que está "teletransmitiendo unos festejos folclóricos aparatosos y vacíos, e inútiles en lo político". Actualmente hay veces que parece que algunos católicos españoles siguen pensando en planteamientos hegemónicos y mediáticos que nada tienen ya que ver con la realidad social de España.
Finalmente, PPP exhorta a la Iglesia a tomarse en serio "la trágica sinceridad de Pablo VI". Es curioso cómo, frente a la soledad que experimentó Pablo VI en aquellos años, apenas apoyado sólo por algunos nuevos movimientos eclesiales, un marxista radical como Pasolini miraba al Papa con más hondura y conciencia profética que la mayoría de los eclesiásticos.