Golpe de autoridad

La selección española jugó en los cuartos de final sus mejores minutos de esta Eurocopa. A diferencia de otros encuentros, los nuestros entraron en el partido desde el pitido inicial, sin nervios, con pausa, mimando la pelota y con el paso de los minutos haciéndose dueños y señores de la eliminatoria.
Blanc sufrió un ataque de entrenador en las horas previas al partido y el excesivo respeto que tenía a España, bien le costó renunciar a la eliminatoria mucho antes de lo esperado. Colocar dos laterales derechos y dejar fuera a futbolistas como Nasri provocó que el juicio al acabar el encuentro sea hablar de una Francia pobre en juego y en espíritu.
La estadística venía contra España, nunca se había ganado a Francia en partido oficial y esta generación está para eso, para romper esquemas y estadísticas. Lejos quedan aquellos nervios que hacían desvanecer la esperanza de aspirar alto hasta el año 2006.
El combinado español se ha hecho mayor, ha crecido, ya no hay temblores, hay certeza en un estilo, una forma de jugar con la que ir hasta morir.
Varios nombres fueron ayer destacados por encima del resto, Ramos en defensa estuvo excepcional, rápido por abajo, y fantástico por arriba, era casi imposible hacerse un hueco entre la defensa española. Jordi Alba, un día más demostró seguridad atrás y una labor fundamental arriba para dar balones, encarar y apoyar.
Xabi Alonso, bigoleador en el día que cumplía cien partidos con España, ayer de nuevo fue el jefe, nos dio la victoria con un sensacional remate de cabeza y otro tanto de penalti.
David Silva y Pedro, que debutó ayer en esta Eurocopa, pusieron la séptima marcha al ataque español. Yo esperaba a Pedro desde que el torneo comenzó y no me defraudó, está mejor que nunca, y físicamente muy por encima de compañeros y rivales.
Francia vio de cerca la pelota, pero nunca supo quitársela a España, llegando a los últimos minutos con asqueo, cabreo e impotencia. Algunos critican la segunda parte de España por aburrir el partido, quizá tengan razón, yo solo diré que hace seis años todo lo que hemos ganado era impensable, y hoy es realidad con este estilo de juego.