Feliz reencuentro con The Feelies
Más comedidos con su puesta en escena porque la edad no perdona saltos y carreras (ni siquiera a los Rolling, quienes ostentan semblantes pétreos y cualquier día se nos quedan cosificados en el escenario), Feelies continúan practicando acordes juguetones a buen ritmo e incluyen apuntes aquí y allí que percibimos en sinuosos toques de teclado, en tímidos y coloristas arpegios de eléctrica, en sincopados de batería o en las inflexiones de voces de su cantante principal y líder de grupo, Glen Mercer, o de su escudero Bill Million.
Siempre huyeron de circuitos comerciales, para fabricárselo por su cuenta o con pequeñas compañías para salvaguardar su independencia. Refrendaron su marca en su "glamuroso" nombre, recuerdo de los cines donde la gente iba a recibir experiencias sentimentales genuinas fuera de lo impuesto por quienes gobernaban la ciudad en Un mundo feliz, de Aldous Huxley.
Recorrieron mil y un locales y tugurios varios sin perder ese toque gamberro y cercano al punky más estilizado que les acompañó en sus giras y en la grabación de sus anteriores cuatro elepés. Han vuelto y han realizado un buen disco que está entre los 30 mejores del 2011.
Suenan a muchos, dirá a alguien, tal vez porque ellos fueron de los primeros. ¿Vuelven para quedarse?