El `soul` susurrante del Reverendo Green

Con más de 40 discos a sus espaldas, el artista nacido en 1946 en un pueblo de Arkansas parece no tener tope en el techo de los talentos para interpretar y para acoplar todo el cromatismo de su voz a cada compás de sus músicos. Conmueve Green, como sólo lo pueden hacer los grandes artistas negros, muchos de ellos forjados en los coros de las iglesias, donde han encontrado la inspiración y una forma más profunda de entender la realidad.
El artista comenzó a cantar a los nueve años con los Greene Brothers y los Creations. En 1969, lanza su primer disco en solitario, Green is Blues, producido por Willie Mitchell. En 1972, llegaría Let's stay together, un hito en su carrera que le catapultó a los primeros puestos en las listas de Estados Unidos e Inglaterra. En la cima llega el drama: su novia intenta asesinarle vertiendo aceite mientras se bañaba, lo que le causa quemaduras muy graves, pero más doloroso fue el suicidio de su novia. Al Green vio este suceso como una señal de Dios y al poco tiempo se ordena sacerdote de la Full Gospel Tabernacle,
La entrega al ministerio no ha impedido que Green siguiera grabando discos, hasta 40, que le han convertido a sus 67 años en una de las figuras del gospel y del soul. En Lay it Down ha trabajado con músicos de hip hop, de los que ha resaltado su valía y deseos de unir puentes entre lo antiguo -lo clásico, mucho de ello- y lo nuevo.
Pero nuevo, original, no es lo mismo que actual; en toneladas repetitivo y sin el menor atisbo que aporte algo a lo más antiguo, por lo que no conviene perder el norte; con Green funciona la brújula.