El Papa rumbo a América
Al final de la homilía del Papa Benedicto XVI llegó la esperada noticia: «Tengo la intención -dijo el Pontífice- de emprender un viaje apostólico, antes de Pascua, a México y a Cuba, para proclamar la Palabra de Cristo y reforzar la convicción de que este es un tiempo precioso para evangelizar con una fe vigorosa, una esperanza viva y una caridad ardiente». Será en marzo.
Un viaje muy deseado por la comunidad católica de América Latina, la más grande de todo el mundo católico, sobre todo de la comunidad de lengua española, que esperaba desde hace tiempo un viaje del Papa a sus tierras.
Para la solemnidad de la Virgen de Guadalupe, el altar mayor de la Basílica de San Pedro estaba adornado con las banderas de los países latinoamericanos. El Papa celebró en español y en portugués, durante una ceremonia acompañada por la "Misa criolla del argentino Ariel Ramírez, uno de los primeros frutos de la renovación litúrgica del Vaticano II.
En un continente en el que la tradicional centralidad del catolicismo está amenazada por la secularización como en el resto del mundo, pero también por el crecimiento de la fe dinámica de los movimientos evangélicos y pentecostales, el papa Ratzinger recordó que es importante que los pueblos latinoamericanos «conserven el rico tesoro de fe y su dinamismo histórico-cultural».
Benedicto XVI también animó iniciativas que «promueven la reconciliación y la fraternidad, que incrementan la solidaridad y la defensa del ambiente, aumentando los esfuerzos para superar la miseria, el analfabetismo y la corrupción y para desarraigar toda injusticia, violencia, criminalidad, inseguridad, narcotráfico y extorsión».