Entrevista a Gian Micalessin

´El gobierno de Trípoli favorece y se lucra del tráfico de personas´

Mundo · Pietro Vernizzi
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21 abril 2015
Tras el naufragio de 700 inmigrantes el pasado fin de semana a 60 millas al norte de Libia, los desembarcos siguen produciéndose sin cesar, provocando una situación de emergencia que ha llevado al subsecretario italiano de Defensa, Gioacchino Alfano, a plantear la hipótesis del bloqueo naval propuesto por la Liga Norte. “Todos saben el esfuerzo enorme que el gobierno italiano está realizando para afrontar esta tragedia humana sin fin –ha dicho Alfano–. Hay que seguir para optimizar la prevención, hay que continuar haciendo exactamente lo que estamos haciendo, pero buscando la manera de llegar a la raíz de este fenómeno, evitando que esta gente huya de sus lugares de origen”. Hablamos con el periodista Gian Micalessin, experto en información internacional del periódico italiano Il Giornale.

Tras el naufragio de 700 inmigrantes el pasado fin de semana a 60 millas al norte de Libia, los desembarcos siguen produciéndose sin cesar, provocando una situación de emergencia que ha llevado al subsecretario italiano de Defensa, Gioacchino Alfano, a plantear la hipótesis del bloqueo naval propuesto por la Liga Norte. “Todos saben el esfuerzo enorme que el gobierno italiano está realizando para afrontar esta tragedia humana sin fin –ha dicho Alfano–. Hay que seguir para optimizar la prevención, hay que continuar haciendo exactamente lo que estamos haciendo, pero buscando la manera de llegar a la raíz de este fenómeno, evitando que esta gente huya de sus lugares de origen”. Hablamos con el periodista Gian Micalessin, experto en información internacional del periódico italiano Il Giornale.

¿Qué hay tras el drástico incremento de la llegada de inmigrantes a las costas italianas?

Decenas de miles de inmigrantes que durante el invierno se han quedado en los puntos de recogida en Libia, cuando ha llegado el buen tiempo se han lanzado al mar. La gran hipocresía que se esconde detrás de todo esto es que la verdadera causa de la tragedia es que todo el control costero de Libia ha caído en manos de una coalición islamista cuyo principal interés se basa en aprovecharse del tráfico de seres humanos, y se beneficia del éxodo de estos pobres desgraciados.

¿Cómo pasan los inmigrantes del Sáhara al Mediterráneo?

La coalición de Trípoli colabora abiertamente con las milicias islamistas y al-qaedistas que hacen pasar a esta masa de condenados desde la frontera del África sub¬sahariana hasta las costas de Libia. En ese punto los traficantes llevan a término la última parte de la operación. Todo eso genera un movimiento de dinero que entra en la caja de las milicias islamistas, en guerra contra el gobierno legítimo de Tobruk, que en agosto fue obligado a abandonar Trípoli. Fajr Libia dice que no tiene dinero para frenar el tráfico de seres humanos, mientras que en realidad lo favorece abiertamente.

¿La coalición Fajr Libia es la misma que controla Misurata?

No, se trata de dos entidades distintas, aunque aliadas. En Trípoli gobierna una coalición islamista, mientras que las de Misurata no son auténticas milicias islamistas y recientemente se distanciaron de Fajr Libia. Tanto como líderes políticos como grupos armados, Fajr Libia está muy ligada a los Hermanos Musulmanes y a grupos al-qaedistas que lucharon contra Gadafi.

¿Es un único grupo el que controla el tráfico de personas?

Quien controla el tráfico de seres humanos en la frontera con el África subsahariana son las milicias islamistas aliadas de Fajr Libia. Estas milicias gestionan la llegada de miles de inmigrantes a las costas del norte. La ciudad de Zuara, aliada de la coalición de Trípoli, es el punto del que parte la mayoría de las embarcaciones, y en consecuencia el que la controla se beneficia del enorme flujo de dinero que llega gracias a este tráfico.

¿El bloqueo naval es la solución para frenar estos desembarcos?

El bloqueo naval puede resolver el problema solo si se realiza en el límite de las aguas territoriales libias y si, en vez de transformarse en una operación de rescate, consigue rechazar estas embarcaciones y contrarresta de manera efectiva las actividades de los traficantes de personas. Eso equivale a arrestarles, ir a buscarles, combatirlos incluso militarmente. En resumen, se trata de poner en pie una operación militar que no termine exclusivamente en el rescate marítimo sino que sea capaz de contrarrestar las acciones de los que se benefician del tráfico de seres humanos.

¿Un bloqueo naval comportaría una confrontación militar con Fajr Libia?

Por suerte, Fajr Libia no cuenta con una flota naval, y muy difícilmente podría afrontar un bloqueo. Aunque está claro que hace falta estar preparados para afrontar eventuales amenazas por parte de los que quieren mantener este tráfico de personas. No estamos ante un gobierno legal, porque el único que ha reconocido la comunidad internacional es el de Tobruk y Fajr Libia subió al poder mediante una guerra civil. Por tanto, hay que tener el coraje de abrir los ojos, mirar cara a cara la realidad y comprender que si no ponemos fin a la presencia de un gobierno ilegítimo que apoya a las organizaciones ilegales y al tráfico de personas, no resolveremos nunca este problema.

¿Quién debería liderar el bloqueo naval?

El bloqueo naval sería una operación militar compleja que debería contar con un acuerdo a nivel de la UE y de la OTAN.

¿Pero funcionaría?

El tráfico de personas se alimenta también de la conciencia de que esas personas lleguen a su destino. No en vano el número de inmigrantes aumentó vertiginosamente cuando entró en funcionamiento la operación Mare Nostrum, puesta en marcha por el gobierno italiano entre octubre de 2013 y noviembre de 2014.

¿Entonces?

Lo que hay que poner en discusión es precisamente la convicción de que atravesar el Mediterráneo es una certeza dada por las operaciones de rescate. Eso es lo que atrae a decenas de miles de desgraciados y les pone en manos de los traficantes de hombres. Está claro que si hay personas en el mar, les salvarán, pero ante todo hay que impedir que las embarcaciones partan en las costas libias. Por tanto, hay que atacar en su territorio a las organizaciones de traficantes de personas.

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