El dinero, para Cáritas
La caridad que no supone ponerse a discutir o a teorizar cuando te encuentras cerca de ti a alguien que pasa necesidad. La caridad que es hacer nuestra esa necesidad, darle respuesta con lo que tenemos. Eso es lo que hace Cáritas. Con la autoridad de quien está en la calle, repartiendo comida, ropa y compañía, este martes Cáritas ha denunciado que los servicios públicos de titularidad estatal no están realizando la intervención social necesaria. Oímos todos los días a los que tienen responsabilidad de Gobierno explicarnos que no se pueden recortar gastos en las prestaciones y en la asistencia social. Y ahora resulta que ese sistema de prestaciones y de asistencia no funciona como es debido. Las que funcionan son las iniciativas sociales como Cáritas.
Probablemente este hecho incluye la lección política más importante de los últimos tiempos. Los recursos que gestiona el Estado directamente son menos eficaces que los recursos que, para la intervención social, se gestionan a través de organizaciones como Cáritas. La solución es sencilla: el dinero público para Cáritas. En esto consiste la subsidiariedad. No en que Cáritas sea subsidiaria del Estado sino en que el Estado sea subsidiario de Cáritas.