Carta a Rafa Nadal
Querido “Rafa”:
Ayer nos decías que te retirabas del tenis. No sé qué es más sorprendente, que te vayas ahora o que tu carrera acumule tantos años. Confieso que te he imaginado, después de apagar la cámara, después de subir el vídeo a tus redes, preguntándote: ¿Y ahora qué? Estoy segura de que tendrás un plan, pero la pregunta, creo, no está demás planteársela.
Una amiga me ha leído un tweet que decía: “Mi psicólogo me ha mandado, como ejercicio de terapia, preguntarme quién soy a parte de mi ideología y mi trabajo”. A esta amiga se le partía el alma al leer aquello, porque, para ella, es un retrato de su generación –españoles entre los veintisiete y treinta y largos–. “No somos más que ideología, trabajo y consumo”, me decía. Y he pensado en ti. En ti y en tantos otros que parecería que lo que los define es solo su trabajo. Rafael Nadal = tenista profesional. Esta no es una ecuación descabellada. Pero, ¿eres solo eso, Rafa? Quiero creer que no. Por eso te pregunto: ¿Y ahora qué, ya que no jugarás al tenis? ¿Qué será de Rafael Nadal? ¿Quién será Rafael Nadal? Intuyo, por lo que asomas en el vídeo de tus redes, que podríamos hablar de “esa fuerza que te ha mantenido vivo y con la energía necesaria para continuar”, es decir, Mery, tu mujer. Y tendrá también que ver con ese “volver a casa y ver cómo está creciendo mi hijo” que mencionabas.
Confieso también que me sorprendió la reacción de la gente. Medios de comunicación –que probablemente leerás– y personas comunes y corrientes –que seguramente no conocerás nunca– te daban las gracias. Todos. Vi posts de El País, El Mundo, y tantos otros medios, intercalados con historias de Instagram de gente que sigo, todos con una foto tuya y un: “Gracias, Rafa”. ¿Gracias por qué? La pregunta parece retórica, pero no lo es. Insisto. ¿Gracias por qué? ¿Por tu juego, por tus triunfos? ¿Te has parado a pensar lo que es que alguien te de las gracias porque tú hagas algo que se te da bien? ¿Y si todos viviéramos así? ¿Dándonos las gracias los unos a los otros por lo que hacemos bien? ¿Te imaginas un mundo así? Yo he visto que podría ser posible porque ya ha sucedido contigo.
Así como las gracias que le dabas a tus “grandes rivales”. En un mundo cada vez más competitivo, ¿quién le da las gracias a los que han sido un “obstáculo” en su camino? Se ha marchado Federer, te vas tú, pronto será Djokovic. Es cierto que el tenis, como cualquier otro deporte o disciplina, siempre tendrá sangre nueva para renovarlo. Pero nunca serán Rafael Nadal. Y no lo digo por tus campeonatos ni tus récords. Lo digo por quién eres tú: Rafael, “Rafa”, Nadal. Podrá venir uno o varios a superarte en triunfos y medallas, pero no serán tú. Porque, insisto, ¿quién es Rafael Nadal? ¿Solo el campeón de tenis? ¿O es alguien más? Así como Roger Federer es alguien más, así como Novak Djokovic es alguien más, así como yo soy alguien, soy alguien mucho, mucho más, que solo la autora de esta carta.
Te preguntaba ¿y ahora qué, Rafa? Espero que este “punto y final” a tu carrera, ese “cerrar el círculo” del que has hablado, pueda dar espacio a un tiempo donde ahora puedas plantearte la pregunta: ¿quién es, realmente, Rafael Nadal? Y que todo lo que surja esté unido. No te deseo una vida dentro de la cancha y otra fuera, no. Deseo que todo, dentro y fuera de la cancha, con o sin tu equipo, con o sin tu familia, con o sin tus rivales, con o sin tus aficionados, responda a esa pregunta.
Me encantará saber qué descubres.
Saludos,
Isabella.
P.D. Y como han dicho todos: gracias, Rafa. A ti, por tu vídeo y por todos estos años de tan lindo juego. Y aunque también estoy agradecida por tu vida, a ti no puedo darte las gracias por eso. Eso se lo tengo que agradecer a alguien más.
- Foto de portada de Davi Jeans
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