Al comenzar el cónclave hay muchos nombres

Sin embargo, hay diferentes maneras de interpretarla, sobre todo en lo que se refiere a la forma de plantear el Sínodo. Es en este tema donde podría jugarse la candidatura a la sucesión de Bergoglio.
Son muchos los nombres de cardenales que podrían ser elegidos, y todos tienen buenas posibilidades de serlo, aunque destaca el nombre del cardenal Parolin, secretario de Estado del Vaticano, mientras que, precisamente por la importancia del tema de la sinodalidad, podría crecer la candidatura de Mario Grech, secretario general del Sínodo.
Por lo que sabemos de las congregaciones, ¿a quién podemos identificar como posible candidato a la sucesión del papa Francisco?
No sabemos casi nada del debate que se ha desarrollado en las congregaciones, salvo lo que se desprende de los resúmenes que recogen los temas tratados. Habiendo seguido un poco los cónclaves de 2005 y 2013, diría que este es más difícil de interpretar. En 2005 había una candidatura fuerte, la de Ratzinger, mientras que en 2013 los nombres sobre los que se podía apostar eran más o menos los que finalmente fueron votados.
Bergoglio fue una sorpresa, pero en los círculos más informados no lo fue en absoluto, también porque había recibido muchos votos en el cónclave anterior. Hoy en día, el colegio cardenalicio está mucho más articulado: hay muchos países representados, incluso muy pequeños; no hay perfiles que destaquen de manera llamativa. Por lo tanto, hay muchos nombres en los que fijarse.
Entre los que han salido, ¿hay algunos que destacan más que otros?
En primer lugar, está, obviamente, el cardenal Parolin, que en estos días ha sido objeto de una serie de atenciones no muy benévolas por parte de la derecha y la izquierda. Evidentemente, se le considera uno de los que, al menos en un primer momento, podría recibir cierto consenso. Por lo demás, los nombres que se barajan son todos plausibles. Entre otros, los que más me vienen a la mente son Grech, secretario del Sínodo, Tagle, de la antigua Propaganda Fide, Aveline, de Marsella, Pizzaballa, de Jerusalén, Prevost, prefecto del Dicasterio de los Obispos, pero también Erdő y Zuppi.
¿Quizás Parolin y quienes han ocupado cargos que les han dado más visibilidad tienen algo más?
Si nos fijamos en la visibilidad, yo pondría a Parolin en primera posición, aunque hay que ver si es relativa o sustancial. De 133 votantes, una cosa es empezar con 20 votos y otra muy distinta es tener al menos 40 o 50 inicialmente. Veo que en los periódicos muchos hacen cálculos, pero no consigo evaluar su consistencia real.
Dada esta incertidumbre de fondo, ¿serán necesarios algunos días antes de que se tome una decisión?
Sí, pero hay que tener en cuenta el aspecto psicológico del asunto: no sé si los cardenales que se encerrarán en el cónclave estarán dispuestos a vivir allí durante tantos días. Estarán aislados del mundo: solo podrán hablar entre ellos, no podrán ver la televisión ni escuchar la radio, no podrán tener dispositivos que reproduzcan imágenes, sonidos o escritos, ni siquiera el móvil.
Hoy en día, quizá ni siquiera para un cardenal sea fácil vivir tantos días aislado del mundo. Antes, un elemento que podía acelerar los tiempos era la incomodidad de la vivienda, porque las celdas de los cardenales, habilitadas en el palacio apostólico, eran improvisadas: algunas ni siquiera tenían agua corriente. Luego se construyó expresamente la Domus Sanctae Marthae.
¿Hay algún perfil que, más que otros, podría garantizar la continuidad con el papa Francisco?
Creo que no hay espacio para nadie que quiera proponer abiertamente una discontinuidad. No habría números para ninguna hipótesis de este tipo. La continuidad está asegurada, pero hay diferentes maneras de hacerlo. El Sínodo es un papel revelador de las diferentes formas en que se puede entender la continuidad.
No creo que nadie se oponga a continuar el camino sinodal de la Iglesia católica, pero sin duda podría haber candidatos que propongan formas diferentes de continuar esta experiencia. El otro tema puede ser cómo implementar aún más la reforma de la Curia romana, aunque no sé si será una cuestión que interese a todos los cardenales, incluidos los procedentes de las partes más lejanas del mundo.
¿Qué alternativas se plantean para desarrollar la sinodalidad?
La cuestión es si continuar por la vía de una sinodalidad abierta a los no obispos. Por las congregaciones sabemos que el cardenal Zen ha cuestionado el hecho de que el Sínodo de los Obispos se haya convertido en un Sínodo también de los obispos, en el que más de un tercio de los participantes no lo son. Este es un tema: si el Sínodo debe ampliarse o no a quienes no son obispos.
¿Hay una idea diferente de la gestión de la Iglesia?
No totalmente, pero sí con algunas diferencias: hay una sinodalidad de estilo ortodoxo, reservada a los obispos, mientras que hay otra de tipo más anglicano, protestante, abierta a los sacerdotes, a las religiosas, a los laicos y a las laicas. Hay que ver cuál quiere emprender la Iglesia católica. En los últimos años, Francisco ha querido abrirse a una modalidad más protestante, anglicana, aunque ellos no tienen la figura del papa. Sin embargo, creo que hay una parte del colegio, que no puedo calcular, que prefiere una visión más ortodoxa.
Del legado de Francisco, ¿a qué no podrá renunciar el próximo pontífice?
Aparte del tema de la sinodalidad, está la apertura a los pobres, aunque se trata de un tema tratado por todos los papas después del Concilio. Francisco solo lo ha hecho suyo con su estilo particular. Pero en este frente no veo problemas de continuidad. La sinodalidad, en cambio, sigue siendo fundamental.
¿No hay, sin embargo, entre los cardenales, un perfil que se remita más directamente a Francisco?
Por lo que veo, por un lado está la figura de Parolin, que encarna una continuidad con Francisco más en el sentido institucional. A su lado veo otro tipo de continuidad. Un episodio interesante fue la misa celebrada por el cardenal Hollerich, de la que también hablaron los medios de comunicación, en la que relanzó con fuerza el proceso sinodal, indicando implícitamente en el cardenal Grech a un pastor que puede continuar la línea sinodal tal y como se ha llevado a cabo en los los últimos años.
Artículo publicado en Ilsussidiario.net
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