Francisco: apertura hacia el islam

Como era de esperar, los medios de comunicación emiratíes han celebrado el compromiso del Pontífice con el mundo islámico, recordando en particular sus viajes apostólicos a países de mayoría musulmana y la firma en Abu Dabi del Documento sobre la Hermandad Humana en 2019, junto con el gran imán de la mezquita-universidad de al-Azhar, Ahmad al-Tayyib.

Más discreta, en cambio, ha sido la reacción de la prensa qatarí o filo-qatarí, con la excepción de Al Jazeera, que ha dedicado dos editoriales a la figura del Papa. Al-Quds al-‘Arabi le ha dedicado un editorial conmemorativo el mismo día de su fallecimiento, mientras que Al-‘Arabi al-Jadid se ha limitado a informar de la noticia.

Otros medios se han centrado en aspectos específicos de su pontificado: al-Nahar y la plataforma de información Asasmedia, ambos libaneses, han repasado las principales reformas promovidas por Francisco dentro de la Iglesia, mientras que la revista saudí al-Majallah ha explicado el funcionamiento de la estructura jerárquica de la Iglesia y del cónclave, con vistas a la elección de su sucesor.

«Los Emiratos lloran la desaparición del icono de la humanidad», titula al-‘Ayn al-Ikhbariyya. El periódico emiratí recuerda al Papa con las palabras con las que lo describió el emir, Mohammad bin Zayed: «Un símbolo global de tolerancia, amor, solidaridad humana y rechazo a las guerras», capaz de atraer a personas de todas las creencias con su diplomacia religiosa en apoyo de las causas humanitarias. Lo que ha unido a todos estos días, a pesar de las diferencias religiosas y culturales, «es compartir las emociones ante esta gran pérdida humana», comenta el periodista Mohammed Khalfan Al-Sawafi. Francisco «ha revivido el valor de la tolerancia cultural, en una época en la que todos matan a todos en nombre de la religión», «pidió el fin de la guerra israelí contra el pueblo de Gaza, hasta el punto de provocar a la derecha israelí», y no tuvo miedo de visitar regiones inestables como Irak, «demostrando que su mensaje estaba dirigido al pueblo y no era un ejercicio de propaganda política o mediática». El legado del Papa es la enseñanza de que «la fuerza humana no se construye matando al diferente, sino a través de la tolerancia y la convivencia, y que la verdadera fuerza reside en la diversidad. La humanidad que se basa en el asesinato y la destrucción está destinada a seguir buscando venganza», concluye el artículo.

En el diario emiratí al-Ittihad, Mohammad Sammak (cosecretario general del Comité para el Diálogo Interreligioso Libanés) escribe que el papa Francisco ha elevado su papado a referencia para toda la humanidad, encarnando en la práctica el principio de que «el hombre no está al servicio de la religión, sino que la religión está al servicio de la humanidad». Los valores humanos proclamados por el papa y el gran imán de Al-Azhar en 2019 en Abu Dabi «han elevado el concepto de religión y el papel de la religión en las relaciones humanas a niveles sin precedentes en la escala de los valores nobles y los ideales espirituales más elevados». Desde Abu Dabi, continúa Sammak, Francisco «irradió al mundo esta cultura de la fe abierta». Con su muerte, «la Iglesia católica y toda la humanidad pierden a un gran pastor de amor y tolerancia, y a un gran promotor y operador de la fraternidad humana. Para él, la religión […] no era simplemente una oración en la iglesia, sino servicio y amor a la humanidad», concluye el artículo.

«El papa Francisco… la desaparición de un amigo de los árabes y los musulmanes», titula el diario panárabe de propiedad saudí al-Sharq al-Awsat, rindiendo homenaje al pontífice fallecido y al papel fundamental que desempeñó en la promoción de la reconciliación y el diálogo entre cristianos y musulmanes. El periodista egipcio Emile Amin celebra su recuerdo deteniéndose en el nombre elegido por Bergoglio en el momento de su elección: Francisco, en homenaje al santo de Asís, «el primero en establecer el diálogo islamo-cristiano hace ocho siglos», cuando en 1219 se reunió con el sultán Malik al-Kamil en Egipto. El periodista recuerda las palabras pronunciadas por el papa con motivo de su primer encuentro con los diplomáticos extranjeros en el Vaticano: «Es importante intensificar el encuentro con las otras religiones para que no prevalezcan las diferencias que nos perjudican, sino el deseo de construir verdaderas amistades entre todos los pueblos, a pesar de las diferencias, sobre todo porque es imposible establecer relaciones verdaderas con el Altísimo si ignoramos a los demás». Los musulmanes, continúa el artículo, «amaban al papa Francisco porque veían en su visión de la religión un discurso y un diálogo para una colaboración verdadera, no eslóganes vacíos». Por último, el periodista recoge algunas citas de los discursos de Bergoglio que fueron especialmente significativas para los musulmanes, entre ellas una en particular: «La religión es una necesidad para el hombre para alcanzar su fin, es una brújula que lo orienta hacia el bien y lo aleja del mal. Al ayudar al ser humano a distinguir el bien, las religiones deben llevarlo a practicar el bien, a vivir la oración y el esfuerzo interior, a construir una civilización del encuentro y de la paz». El periodista concluye el artículo encomendando a Francisco a la misericordia de Dios.

«Muerte del papa Francisco: la Iglesia pierde a su equilibrista en Oriente Medio», titula, por su parte, al-Quds al-‘Arabi. «La Jerusalén árabe» recuerda el papel que Francisco desempeñó en Oriente Medio durante su pontificado: «La historia lo recordará como el papa que, en 2015, reconoció al Estado de Palestina, con una medida que enfureció a Israel. El año anterior, el papa Francisco había preparado el terreno con su viaje a Tierra Santa, cuando se detuvo cerca del muro de separación en Belén y apoyó la frente en él en un gesto simbólico muy poderoso, que fue descrito como una «oración contra la ocupación». El editorial también recuerda la oposición de Francisco a la decisión del presidente estadounidense Donald Trump, durante su primer mandato, de trasladar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, y su exhortación a que esta «fuera una ciudad abierta a las tres religiones». Por último, el artículo recuerda la posición del Papa sobre «la guerra de exterminio en curso en la Franja de Gaza y los ataques israelíes, que describió desde el principio como brutales, lo que provocó la irritación del Gobierno de Benjamín Netanyahu». Francisco es definido como «el papa del diálogo y del acercamiento entre los seguidores de diferentes religiones», que ha abierto «una página luminosa en las relaciones con los árabes y los musulmanes». El artículo concluye con una reflexión sobre el legado dejado por Bergoglio: en un mundo desgarrado por las guerras y las tensiones, se necesitan figuras como el papa Francisco, «faros de paz, racionalidad, visión de futuro y humildad».

La cadena de televisión por satélite Al-Jazeera ha dedicado un amplio espacio a la memoria de Bergoglio. Hossam Shaker ha elogiado las virtudes del papa Francisco —el papa de las posiciones valientes, de la cercanía humana y de la compasión por los marginados—, pero al mismo tiempo no le ha ahorrado críticas, acusándole de no haber tomado una posición clara en diversas situaciones. En particular, señala el viaje papal a Myanmar en 2017, «cuando estaban en curso las campañas de limpieza étnica contra los rohinyás» y, observa Shaker, Francisco optó por un lenguaje excesivamente diplomático y prudente, evitando denunciar explícitamente la violencia e incluso pronunciar la palabra «rohinyá». Según el periodista, este silencio refleja las tensiones entre el papel ético de la Iglesia y su naturaleza de Estado, con intereses políticos y relaciones estratégicas.

En el mismo periódico, el periodista egipcio Ammar Ali Hassan eligió el título de un libro de Bergoglio —El nombre de Dios es misericordia— para resumir la relación que unía a este último con los musulmanes, porque «la misericordia es el valor central o el objetivo esencial del islam, mientras que el amor es el valor central del cristianismo». Cuando el papa Francisco ascendió al pontificado, «el diálogo entre las civilizaciones de Oriente y Occidente adolecía de numerosas distorsiones: se confundían los planos doctrinal e intelectual, había polarizaciones políticas y disputas religiosas y confesionales, se cedía a estereotipos erróneos sobre el «otro», arraigados y transmitidos a lo largo del tiempo en los meandros de la historia social y cultural. Esto ha llevado a un choque entre las potencias políticas y económicas dominantes en diferentes civilizaciones, bajo la apariencia de un «choque de civilizaciones», aunque las civilizaciones, por su propia naturaleza, son fruto de la acumulación y la contaminación recíproca». Pero Francisco ha acelerado la apertura de la Iglesia hacia el islam, impulsando la búsqueda de la fraternidad con los fieles de otras religiones, y en particular con los musulmanes.

Lee también: Francisco: Gracia, diálogo, fraternidad: el regalo de un padre de los pueblos