Happythankyoumoreplease

España · Víctor Alvarado
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3 octubre 2013
Todos los años, el cine indie nos obsequia con alguna que otra película que merece la pena por su contenido. Y si, por poner un ejemplo, 500 días juntos (2010) nos contaba de manera magistral las fases por las que pasa una pareja o Pequeña Miss Sunshine (2006) apostaba por la familia, Happythanyoumoreplease (2010) nos habla de las relaciones sentimentales entre treintañeros.

La cinta gira en torno a las historias de tres parejas, que se entrelazan con sutileza, explicando cómo son las relaciones entre hombres y mujeres en la Nueva York actual. El análisis hecho por el realizador Josh Radnor pretende contarnos el modo de vivir de unos jóvenes que tienen ciertos valores, pero que viven desconcertados por el cambio acelerado al que asiste la sociedad postmoderna que navega sin un rumbo claramente definido y que se dejan influir por el poderoso atractivo del materialismo y el hechizo de la relaciones rápidas basadas en el hedonismo.

El largometraje está dirigido, escrito y protagonizado por Josh Radnor, recordado por ser el personaje principal de la serie Cómo conocí a vuestra madre, que se muestra como conocedor del ser humano, pues te toca el alma con este trabajo ganador del premio del Público en el Festival de Sundance. De todas formas, la virtud fundamental la encontramos en el guión, ya que no se trata de conversaciones imposibles, sino de todo lo contrario, porque los diálogos, que siembran todo el film, son asequibles y su estilo comunicativo lo entiende todo tipo de público.

Happythankyoumoreplease (2010) es traducida en la versión en castellano como gracias más por favor (que conviene no confundir con la "célebre" un poquito de por favor). Una expresión muy particular que define lo que significa la felicidad para un personaje como el interpretado por la actriz Malin Akerman, que nos muestra el lado más superficial y vacío de una relación del pasado frente a la del presente, que nos habla del amor verdadero, que viene respaldado por el compromiso serio y que ofrece cierta esperanza en el hombre de hoy. También, esta producción refleja la dificultad de la sociedad del siglo XXI ante el compromiso, uno sin motivo aparente como el de la escena anteriormente mencionada y el otro como consecuencia de los fracasos matrimoniales de sus progenitores.

Además, esta obra del celuloide nos habla de una amistad imposible entre el niño perdido y el protagonista que expresa que para ese noble e inocente valor no hay límite de edad y que cuando uno es adulto (la escena en que Malin Akerman, íntima amiga de Josh Radnor, le dice a su amigo que descubre que la belleza de su novio está en el interior) que se convierte en compresión.

Por otro lado, Kate Mara canta magníficamente una canción fundamental para entender la línea de pensamiento del cineasta que sirve como colofón a una excelente banda sonora que mezcla el pop y el country y que se encuentra entre las mejores de los últimos tiempos.

Por último, aunque no lo verbaliza, da la impresión de que se apuesta por la vida.

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