Invasor

España · Juan Orellana
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3 octubre 2013
El director Daniel Calparsoro, que desde 2005 no había regresado a la gran pantalla, pisa fuerte con Invasor, una historia de ficción ambientada en la Guerra de Iraq en la primera mitad de 2004, justo en el momento de cambio de gobierno en España. Pablo (Alberto Amman) es un médico militar español destinado en Iraq. Tras un brutal atentado islamista regresa a casa convaleciente junto a su mujer (Inma Cuesta) y su hija. Al recuperar la memoria de lo ocurrido, Pablo sospecha que su compañero Diego (Antonio de La Torre) le está escondiendo información sobre las circunstancias del atentado y decide conocer la verdad, aunque el precio que tenga que pagar él y su familia sea muy alto.

Este thriller tiene dos interesantes niveles correctamente engarzados. Por un lado está la denuncia de la inmoralidad de Estado, aunque seguramente el film dibuje una realidad esperamos que lejana de lo que ocurre en los servicios secretos españoles. Una razón de Estado que es capaz de llegar a lo más abyecto para defender sus intereses. El ejecutor de las cloacas es Baza (Karra Elejalde), un funcionario del Ministerio del Interior a servicio de un anónimo político. El otro nivel, el más interesante, es un drama de conciencia en el que el protagonista, cual Tomás Moro laico, es capaz de sacrificarlo todo para salvaguardar su conciencia y poder mirar a los ojos a su hija. En los tiempos que corren, esa exaltación extrema de la conciencia, lugar sagrado en el que se custodia la diferencia entre el bien y el mal, es una negación del relativismo moral imperante y es la gran baza de esta película.

Invasor no es especialmente original ni en el fondo ni en la forma, pero está resuelta con mucho oficio, con gran fuerza narrativa, y pone muy alto el listón del cine español. La mano del productor Juan Gordon (Celda 2011, También la lluvia), de Morena Films se nota en la forma en la que se toma en serio al espectador. Hay que advertir de la dureza de algunas imágenes, equilibradas con la emotividad de algunas escenas, especialmente las que aluden a las relaciones familiares de Pablo. La interpretación actoral es brillante, siendo Karra Elejalde el punto más flojo, precisamente por hacer el trabajo más estereotipado.

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