Un vida justa injustamente segada
Es el primer atentado de la banda terrorista desde que se formara el Gobierno de Patxi López, el primer gobierno no nacionalista. ETA estaba intentado golpear desde entonces para mostrar su rechazo al nuevo Ejecutivo. Este viernes lo ha conseguido. El atentado de ETA llega después de que el socialista Rodolfo Ares se haya hecho cargo de la policía vasca con una voluntad clara de que sea contundente contra los terroristas. Llega después de numerosos éxitos policiales que han provocado la detención consecutiva de los tres jefes de la banda. Y cuando Zapatero ha corregido la política antiterrorista de negociación de la primera legislatura.
Pero en esta nueva fase terminal de la banda no puede darse por superada la tentación de abrir un nuevo diálogo con los asesinos. ETA cuando mata busca reabrir una negociación. Y vuelve el discurso de un soberanismo vasco, encarnado en Otegi, que estaría dispuesto a renunciar a la violencia. La historia pone de manifiesto que ese soberanismo no violento siempre ha sido derrotado por los violentos. Cantos de sirena para el Gobierno de Zapatero que si tiene demasiada prisa, como en la primera legislatura, volverá a caer en la misma trampa.