El matrimonio entre parejas del mismo sexo, en el debate público italiano

España · PaginasDigital
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18 enero 2016
La sociedad italiana se encuentra en este momento inmersa en un intenso debate sobre la aprobación o no del matrimonio entre parejas del mismo del sexo. Y este debate para Matteo Renzi, en particular, constituye una auténtica encrucijada. Porque, por un lado, se lo exige el sector más situado a la izquierda en su partido, y, por otro, se muestra radicalmente contrario a éste su principal socio de gobierno, el Nuovo Centrodestra de Angelino Alfano. En realidad, parece que el debate se centra en un punto particularmente controvertido, y es la posibilidad de que estos matrimonios puedan adoptar niños (lo que se conoce como la ´stepchild adoption´). A ello hay que añadir la cerrada oposición de la Conferencia Episcopal italiana, y ya se sabe que en Italia la Iglesia Católica sigue siendo la Iglesia Católica por mucho que llevemos décadas de secularización.

Es la primera vez en la que Renzi se vería obligado a doblarle el pulso. no al sector crítico de su partido (los antiguos socialistas y comunistas), sino a su principal aliado de gobierno, la formación de Angelino Alfano. Y Renzi tiene que tener mucho cuidado con lo que haga, ya que los votos del NuovoCentrodestra (cerca de unos sesenta parlamentarios entre diputados y senadores) han sido fundamentales para sacar adelante muchas votaciones. En ese sentido, la formación de Alfano, que no quiere aparecer como una mera correa de transmisión del Partido Democrático (PD) y que en el fondo aspira a acabar absorbiendo a la derecha italiana encabezada por una agonizante Forza Italia (por mucho que Berlusconi se obstine en protagonizar su enésima resurección), necesita con temas como éste demostrar que tiene una política propia.

A todo ello hay que añadir la posición clara y contundente de la Conferencia Episcopal italiana, encabezada por su Secretario General, el obispo auxiliar Angelo Bagnasco. Renzi siempre ha cuidado sus relaciones con la Iglesia italiana, y además le beneficia el hecho de pertenecer a la corriente demócratacristiana. La misma en la que también se ubica el actual Presidente de la República, Sergio Mattarella, quien por cierto tiene la potestad de devolver el proyecto de ley al Parlamento si considera que no debe ser aprobado de momento, con el fin de que los parlamentarios italianos introduzcan las correcciones pertinentes y pueda tener lugar la conversión del proyecto en ley.

En todo caso, se trata de un problema particularmente complejo porque Renzi tiene que dar más muestras ante sus votantes de que el PD sigue siendo un partido de centroizquierda: su política económica, que hasta diciembre había seguido por completo la ortodoxia impuesta por la Unión Europea, ha llevado a considerar a Renzi, por parte de algunos, un político más de derechas que de izquierdas. Es cierto que los presupuestos que ha aprobado para el año 2016 suponen un claro giro a la izquierda (con aumento del gasto social, aún a costa de incumplir claramente los objetivos de déficit que marca la Unión Europea). Pero también lo es que, en el conjunto de la Europa occidental (porque en algunos países de la Europa del Este, como la catolicísima Eslovaquia, todavía no está ni planteado el asunto), Italia es el único país que no tiene legalizadas las uniones de parejas homosexuales, y ello podría dar pie a algunos a considerar a Renzi un ´ultraconservador´, aunque para nada lo sea.

Lo que está claro es que Renzi, a diferencia del sector crítico de su partido, va a buscar un acuerdo con el partido de Alfano y con la Conferencia Episcopal italiana para que las tres partes queden satisfechas. Y más aún teniendo en cuenta que la transformación del Senado en Cámara de las Regiones se encuentra en su fase final, no pudiéndose arriesgar Renzi a perder votos fundamentales en este asunto. Veremos cómo consigue salir el Primer Ministro italiano del atolladero en el que se encuentra y, si una vez más, es capaz de hacer auténticos malabarismos como en anteriores ocasiones. Y en el horizonte, las elecciones de esta primavera donde se juega, entre otras cosas, la alcaldía de varias de las ciudades más importantes de Italia.

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