Un serio aviso para el Partido Democrático
Sí, el problema para Matteo Renzi es que ha llevado su partido, en principio de centro-izquierda, primero al centro y luego a la derecha, con lo que ha dejado la izquierda huérfana de votantes y ello le ha permitido coger aire al Movimiento Cinque Stelle de Beppe Grillo, que, aunque no llegó al 20% de los votos, pudo parar la caída libre que llevaba desde las elecciones generales de febrero de 2013. Porque el problema para Renzi ha sido confundir jubilar anticipadamente a la izquierda de su partido (representada, sobre todo, por Massimo D´Alema, Pier Luigi Bersani y Rosario ´Rosy´ Bindy) con no hacer las políticas sociales que siempre exige un electorado de izquierdas.
Renzi ha conseguido en sólo año y tres meses logros muy importantes, como una nueva ley electoral, una reforma del mercado de trabajo y una amplia elección de su candidato a la presidencia de la República, pero no debe olvidar que el Partido Democrático (PD) tiene dos almas: por un lado, la demócratacristiana de izquierdas, dentro de la que están tanto Renzi como Mattarella, y por otra la socialdemócrata, en la que se encuentran situados los antiguos comunistas como D´Alema o Bersani o los socialistas que no pertenecen al Partido Socialista Italiano (PSI) tras la desaparición virtual de éste con la caída de Bettino Craxi.
Al escorarse tanto a la derecha, el PD se ha encontrado pugnando con la Forza Italia de Silvio Berlusconi, que cada vez se encuentra más reducida (se quedó en el 10% de los votos), y con una Liga Norte de Matteo Salvini que ha pasado de estar a punto de desaparecer a ser ahora uno de los principales rivales del Primer Ministro Renzi (casi alcanza el 15% de los sufragios emitidos). En ese sentido, el político toscano ha sabido ganarse el apoyo del empresariado italiano (el dueño de la primera empresa internacional italiana (Geox), Mario Polegatto, se deshizo en elogios hacia Renzi hace unos meses), pero se encuentra cada vez más enfrentado con los sindicatos (la líder de la principal central sindical italiana, Susanna Camusso, es uno de sus íntimos enemigos), que controlan todavía sectores importantes como algunas industrias y la educación, y en relación con ello el proyecto de La Buona Scuola (nombre con el que se conoce a la reforma educativa) deberá ser revisado y consensuado con la izquierda italiana si Renzi quiere recuperar a parte de su electorado tradicional.
Y todo esto el político toscano lo deberá hacer en un plazo relativamente corto (no más de un año), que es cuando comenzará la cuenta atrás para las generales al haber entrado ya en vigor la nueva ley electoral. Desde esa perspectiva, Renzi no debe olvidar que de momento no ha emergido ningún líder en la izquierda italiana, pero que en cualquier momento puede hacerlo. No olvidemos a Giuseppe ´Pippo´ Civati, que ya se ha marchado del Partido Democrático y quien en cualquier momento puede fundar un nuevo partido de izquierdas de cuyas filas rápidamente podrían pasar a engrosar todos los parlamentarios ´críticos´ del PD, que, entre la Cámara de Diputados y el Senado, en este momento se pueden estar moviendo entre las 100 y 150 personas (recordemos que solo en la Cámara de Diputados votaron en contra de la nueva ley electoral 60 diputados del partido de Renzi). Veremos cómo asimila estas elecciones Matteo Renzi, que de momento se está afirmando como principal figura de la política italiana pero que ya debe saber, y muy bien, de la altísima volatilidad de la misma.