¿Y si somos los mejores?

El diario El Mundo ha publicado una exclusiva sobre Ábalos que en realidad es una exclusiva sobre Sánchez. La información que publica el diario El Mundo no es información sobre nuevos comportamientos presuntamente corruptos de Ábalos que no conociésemos. Se trata de una serie de WhatsApps que mandó Sánchez a Ábalos y las respuestas de Ábalos a Sánchez. Sánchez le ordena a Ábalos que ponga en orden a los varones críticos en ese momento: a Page, a Lambán, a Fernández Vara. Dice Sánchez de estos varones que son unos hipócritas. Estos mensajes que publica el diario El Mundo acreditan tres cosas.
La primera es que Sánchez es un mal hablado. La segunda, que Sánchez quería pasar la apisonadora por encima del partido, acallar cualquier crítica. Y la tercera, con estos mensajes se certifica hasta qué punto Ábalos era el hombre de absoluta confianza de Sánchez. Ábalos que es el hombre que presuntamente utilizó cinco empresas en su beneficio; el que pagaba a su amante remunerada, Jessica, con el dinero de todos; el acusado de participar en una organización criminal, cometer cohecho, tráfico de influencias y malversación. Ábalos era el hombre con el que Sánchez se sentía absolutamente a gusto y al que le encomendaba las tareas que consideraba más importantes. Se certifica esa cercanía total entre Sánchez y Ábalos.
Este fin de semana salieron a la calle miles de personas para pedir la dimisión de Sánchez. Según la delegación del gobierno, 25.000 personas. Según los organizadores de la manifestación, 200.000 personas. En esa manifestación había representantes del PP y de Vox. Pues bien está, que vayan los políticos a las manifestaciones de la sociedad civil, bien está que vaya la oposición, pero la tarea fundamental de la oposición, más que manifestarse, es hacer buena oposición. Oscar López, el ministro que es también líder de la oposición en Madrid, aseguraba que los que estaban en la manifestación representaban a los que no quieren el avance de España.
¿A quién se le ocurre utilizar el verbo “avanzar” cuando tuvimos hace unos días un caos ferroviario que dejó a 11.000 personas tiradas en la línea que une a Madrid a Sevilla? Ellos sí que no avanzaron. A la falta de diligencia de este gobierno provocó que 11.000 personas no avanzaran. ¡Sabotaje, sabotaje, sabotaje¡ gritaba Oscar Puente para quitarse de encima la responsabilidad del gobierno en ese caos ferroviario. El ministro Marlaska decía, como Sánchez con el apagón, que todas las hipótesis estaban abiertas para explicar el caos ferroviario. A medida que avanzó la investigación de la Guardia Civil, en pocas horas, la hipótesis del sabotaje fue quedando absolutamente atrás. Las causas fueron el robo de cable y que luego, como contó Renfe, a raíz de ese robo de cable hubo un enganchón de un tren que arrastró una catenaria, una catenaria que no estaba suficientemente bien mantenida y eso provocó el lío. A la red ferroviaria, dicen los sindicatos, le falta mantenimiento y vigilancia.
¿No se trataba de luchar contra los bulos y contra la desinformación? ¿No está el propio gobierno contribuyendo a la desinformación? El Gobierno dice que va a tardar de tres a seis meses en explicar las causas del apagón eléctrico. Sánchez está utilizando el apagón para que nos olvidemos de otras cosas. Estuvo en el Congreso de los Diputados donde tenía que haber informado sobre el aumento del gasto en defensa y como no tiene apoyo parlamentario, se dedicó a hablar del apagón y de lo buena que es la gente de España. “Yo estoy convencido, señorías, de que muy pocas sociedades hubieran respondido mejor que la nuestra a esta situación. España es un país extraordinario” -dijo-.
No se trata de que los españoles seamos “los mejores, bueno, ¿y qué?”, sino de que no haya apagones, no haya colapsos ferroviarios. Sánchez, que dice que no sabe qué pasó con el apagón, aseguró que la culpa no fue de las renovables sino de las nucleares y de los ultra ricos que ganan mucho dinero con las nucleares. Seguramente se estaba refiriendo Sánchez a Galán, del presidente de Iberdrola, que no se somete a Sánchez.
Sánchez controlaba el partido con la ayuda del presunto corrupto Ábalos. Sánchez aprueba ahora los gastos de defensa sin contar con el Parlamento. Y si hay algún empresario que no hace lo que él quiere, lo señala llamándole ultra rico. Dijo en su momento Felipe González que el socialismo traía a España un cambio. El cambio consistía en que España funcionase. Pues eso.
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