Y al final Renzi se salió con la suya
Para lograr lo que parecía impensable hace sólo año y medio, Renzi tuvo que lanzar todo un órdago: o la ley se aprobaba en la Cámara de Diputados tal y como venía del Senado, o él se marchaba a casa al haber planteado la aprobación de la ley como una moción de confianza al Gobierno. Y al final los diputados de su partido, salvo una minoría formada por unos sesenta parlamentarios (el 20% de los que tiene el Partido Democrático (PD) en la cámara baja), dijero ´sí´ a su jefe de filas. La primera consecuencia ha sido la marcha de los uno de los valores en alza del partido, el diputado Giuseppe ´Pippo´ Civati, de la misma generación que Renzi pero cada vez más crítico con el Primer Ministro, que le dejó fuera del Gobierno y no le ha dado el más mínimo protagonismo. Ahora Civati tratará de formar su propio grupo parlamentario seguramente con algunos de los diputados que se marcharon del Movimiento Cinque Stelle, pero lo más seguro es que finalmente acaba creando su propia formación política con la que liderar una izquierda que en este momento se encuentra muy desconcertada dada el viraje hacia la derecha que ha pegado de la mano de Matteo Renzi.
La realidad es que Renzi necesita actuar con rapidez y contundencia porque Italia acaba de alcanzar el 13% de paro y este seguirá subiendo si no cambian sustancialmente las cosas. Los proyectos de ley no pueden eternizarse en el Parlamento y tampoco pueden estar yendo de la Cámara de Diputados al Senado y luego vuelta y así constantemente mientras el país sigue sumido en el caos y la falta de gobernabilidad. Las exigencias de la llamada ´troika´ (FMI, Banco Central Europeo y Comisión europea), a las que Renzi nunca ha plantado cara, requieren de un poder ejecutivo muy fuerte, e Italia ya ha perdido demasiado tiempo (desde que Berlusconi se hiciera con la presidencia del Consejo de Ministros en 1994) en jugar a la política.
Ahora, con esta nueva ley electoral, el partido o coalición que venza en las elecciones (en principio a celebrar a partir de julio de 2016, en que entrará en vigor la nueva ley) tendrá un premio de ´maggioranza´ del 55% de los diputados, con lo que el Gobierno podrá actuar con mucha más contundencia si tiene suficientemente controlado a su grupo parlamentario. En realidad, si a esto se suma el fin del Senado tal y como lo hemos conocido, Matteo Renzi habrá acometido una reforma constitucional en toda regla que le hará pasar a la Historia de la I República italiana. De momento ya ha dado un primer paso fundamental. Ahora queda que el Senado acepte su transformación en Cámara de las Regiones y que los italianos lo aprueben en ´referendum´. Y, mientras, Renzi dueño y señor de la política italiana con un horizonte bastante despejado. Lo que era sencillamente impensable en febrero de 2014, cuando se convirtió en Primer Ministro. Pero la realidad es que, al fin, lo ha conseguido.