Una respetable voz se deja oír
El pronóstico del FMI es compartido por la Unión de Bancos Suizos. El informe para sus clientes e inversionistas sugiere un serio deterioro de la economía venezolana. Calcula la inflación en más de 30% para fines de 2010. Es también el estimado del Banco Mundial. "La tasa cambiaria es insostenible y el PIB decrecerá". La unidad de análisis del Banco Mercantil (uno de los primeros del país) estima que la economía registrará un retroceso de 2,4%, profundizándose la pérdida de puestos de trabajo. Para el BBVA el descenso estará en el orden de 2,5%. Los analistas señalan que la información coincidente del FMI, el Banco Mundial y otras instituciones fiables pone en evidencia que las cifras de Pdvsa sobre producción y venta están exageradas, no coinciden con las de Opep, que las registra sensiblemente menores. El FMI suministra los datos según los cuales Venezuela es el petroestado con el peor desempeño. Chávez ha dicho que los problemas económicos de Venezuela se deben a "la crisis del capitalismo". Los expertos le responden con cifras: las economías de América Latina y las de los petroestados van a crecer 6,3% en 2010, con el agregado de que naciones como Angola y Nigeria crecerán 6,8%, gracias a sus exportaciones de petróleo y a los programas de estímulo a sus respectivas economías. Afirman, además, que el control de cambio y las insuficiencias del Banco Central de Venezuela (BCV) para satisfacer importaciones indispensables son factores determinantes en el preocupante escenario de la economía. El BCV, para tratar de frenar el alza del dólar paralelo, ha tenido que recurrir a las reservas internacionales, que acumulan un descenso de 20% en lo que va de año.
Chávez dice que el FMI y el Banco Mundial son instrumentos del capitalismo, que sus cifras y proyecciones tienen como propósito desestabilizar la revolución. "Tenemos problemas que dejarán de existir con el socialismo que estamos construyendo". Se le replica que pasan los años y la situación empeora en todos los aspectos. El arzobispo Ovidio Pérez, una de las voces más respetadas en todo el país, hizo un análisis con motivo del Bicentenario que ha tenido gran repercusión. Afirma que por motivos ideológico-políticos a Venezuela se le ha dividido artificialmente. Más de la mitad de la población es calificada de apátrida, excluyéndosele de los derechos ciudadanos. "La Constitución está siendo violada, la democracia, acosada paulatinamente por un voluntarismo revolucionario de vocación autocrática y mesiánica". Agrega que Venezuela ya no es una nación en vías de desarrollo. "Tenemos un petrocapitalismo de Estado, con liberalidades selectivas hacia afuera y populismo dentro. El afianzamiento del poder priva sobre las necesidades y aspiraciones de la gente. Una ineficaz e ineficiente gestión lleva a la caída de la producción, del abastecimiento y del consumo, agravada por crisis inédita en los servicios eléctricos e hídricos. Se sacraliza la revolución, convirtiéndola en norma de lo bueno y de lo malo. Y todo tiende a personificarse en el líder máximo, inobjetable, inapelable, insustituible, omnipotente. El arzobispo llama a Chávez a la rectificación, "es para mí un urgente deber de conciencia, de creyente y de obispo". ¿Clamor en el desierto?