Una pregunta milagrosa

No más guerra repite Francisco. Hay que hablar hasta la extenuación. Lo que ha sucedido en las últimas horas refleja hasta qué punto hay todavía espacio para evitar el ataque. Todo ha surgido de una situación imprevista. Después del fin de semana convocado por el Papa para rezar por la paz, Kerry, el secretario de Estado de Estados Unidos, participaba este lunes en una rueda de prensa. Un periodista le preguntó si la destrucción del arsenal químico de Siria pararía la intervención de Estados Unidos. Dijo que sí, Rusia y Siria cogieron al vuelo la respuesta como una oferta de diálogo y apostaron por ella. Obama la ha acogido.
Obama está muy débil. Puede tener serios problemas para que el Congreso apruebe el ataque y en la opinión pública hay un gran rechazo. La negociación puede ser una salida para evitar una derrota política. Todavía es pronto para echar las campanas al vuelo. El conflicto puede dar muchas vueltas.
Pero este imprevisto ya nos ha enseñado algo: la vía del diálogo no está agotada. Cuando parece que no hay más que soluciones ideológicas, el horizonte siempre puede abrirse.
Habrá quien diga que en realidad ha sido un éxito de Estados Unidos, porque su amenaza ha surtido efecto. Ha sido un factor importante, sin duda. Pero lo que no ha sabido hasta ahora hacer Obama es tener inteligencia con Putin. Rusia necesita apuntarse un tanto, aparecer ante el mundo como una potencia que todavía cuenta. Se puede aprovechar esa oportunidad.