Entrevista a Julián Ríos, profesor de Derecho Penal en Comillas-ICADE

´Una pena con futuro incierto no solo niega la reinserción sino la dignidad´

Mundo · P.D.
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20 febrero 2018
´La reinserción es una realidad, pero es una realidad siempre que se pongan medios para ello, y no se ponen. Lamentablemente, faltan muchísimos medios personales, profesionales, terapéuticos, para poder abordar este tema con seriedad. Por tanto, más que poner penas nominalmente a cadena perpetua, habría que invertir en lo que ya hay, que es gravísimo, profesionales para que se intente, en la medida de lo posible, que estas personas puedan recuperar su vida para luego no dañar a la sociedad una vez que salgan´.

Esta anunciada ampliación de la prisión preventiva parece contar con un gran respaldo dentro de la opinión pública. ¿Qué argumentos hay para intentar rescatar incluso a personas que han cometido graves delitos?

Hay un argumento legal, que la Constitución establece en el artículo 25 que las penas estarán orientadas a la reeducación y reinserción social. Hay además un argumento que es la dignidad de los seres humanos. Hay un argumento que tiene que ver con la prohibición de las penas inhumanas. Cuando se condena a una persona de por vida a prisión con un futuro incierto, que si no hay un juicio de peligrosidad negativo estará toda la vida en prisión, se está negando no solo la reinserción sino la dignidad, y la pena se está convirtiendo en un castigo inhumano. Por otro lado, está el argumento de que han cometido delitos gravísimos, y es verdad. Para estos delitos en el Código Penal ya hay penas de hasta cuarenta años, más luego diez años de libertad vigilada. Pero al menos cuarenta años, treinta, veinte, dependiendo de la cuantía de la penas, es un fin cierto. Lo otro es negar el derecho a la esperanza.

Con penas de hasta cuarenta años más diez de libertad vigilada, hubiera sido innecesario aprobar la cadena perpetua revisable.

Así es. Es una pena innecesaria y es una instrumentalización, como siempre ha ocurrido a lo largo de la historia, por parte de los grupos políticos para obtener réditos electorales. Es obvio que los ciudadanos, ante delitos tan graves como el de Diana Quer y estos crímenes tan execrables contra menores, cuando alguien pide la cadena perpetua o incluso la pena de muerte todos firmamos, claro. Pero otra cosa es el Estado. Las víctimas, obviamente, los familiares tienen esa categoría de poder pedir hasta el final por el dolor que sienten. Pero el Estado no puede volcar solamente hacia ahí la barca, tiene que equilibrar, porque hay un principio que exige que todas las personas, incluso habiendo cometido delitos tan graves, puedan, pasados muchos años porque para estos delitos insisto en que hay penas de treinta y cuarenta años, recuperar la libertad. Y el Estado tiene que estar en medio, equilibrando el derecho de la víctima, sin duda legítimo, lo que es un castigo lo suficientemente amplio como el que tenemos en este momento para poder corregir conductas y castigar, pero nunca se puede negar la capacidad de resocialización y rehabilitación de las personas, pasados muchos años, porque hablamos de penas gravísimas.

¿La reinserción es una utopía o existe?

La reinserción es una realidad, pero es una realidad siempre que se pongan medios para ello, y no se ponen. Lamentablemente, faltan muchísimos medios personales, profesionales, terapéuticos, para poder abordar este tema con seriedad. Por tanto, más que poner penas nominalmente a cadena perpetua, habría que invertir en lo que ya hay, que es gravísimo, profesionales para que se intente, en la medida de lo posible, que estas personas puedan recuperar su vida para luego no dañar a la sociedad una vez que salgan. Es un tema de medios, profesionales e institucionales, no es un tema solo de cambiar una ley, como si por aprobar la cadena perpetua todos pudiéramos quedarnos tan tranquilos. No se trata de esto. Se trata de ver con lo que hay, que ya es muy grave, qué medios existen y por dónde hay que potenciar las medidas educativas y terapéuticas para que al cabo de los años las personas puedan volver a vivir en sociedad.

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