Un paraíso para rebeldes

Cultura · Teresa Gutiérrez de Cabiedes
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5 agosto 2013
Una aguja en un pajar y la novela perfecta para saciar la sed del verano: con estas sensaciones se queda uno al sumergirse en esta historia. Porque cada vez se hace más difícil encontrar en el mercado editorial libros que no sólo sean nuevos en términos cronológicos sino literarios.

El despertar de la señorita Prim

Natalia Sanmartin Fenollera

Planeta, 2013

Una aguja en un pajar y la novela perfecta para saciar la sed del verano: con estas sensaciones se queda uno al sumergirse en esta historia. Porque cada vez se hace más difícil encontrar en el mercado editorial libros que no sólo sean nuevos en términos cronológicos sino literarios.

Imaginemos que tuviéramos la posibilidad de abandonar por un momento los defectos de la modernidad. Pensemos en un mundo en el que la prisa no devorase nuestros calendarios, en el que las madres no tuvieran que elegir entre cuidar de sus familias o hacer carrera profesional, en el que tuvieran valor los méritos y no los títulos, en el que la fe nutriera el aprendizaje de grandes y chicos, en el que los clásicos fueran los reyes de la cultura, en el que el saber se transmitiera en el entorno doméstico (con una contribución necesaria pero muy limitada de la escuela pública). Imaginemos que vivimos, entonces, en la fábula a la que despierta la Señorita Prim, cuando cambia su trabajo administrativo por el de bibliotecaria de un señor que habita en un palacio donde reinan la búsqueda del amor y la sapiencia; un hombre que ha adoptado a tres sobrinos huérfanos y se ha ido a vivir a San Irineo de Arnois, pequeña comunidad en la que no caben los convencionalismos actuales.

Esta opera prima sorprende por la virtud de cautivar al lector de principio a fin, por el profundo bagaje cultural y por la multitud de aciertos narrativos. Pero si por algo brilla El despertar de la señorita Prim es por una valentía revoltosa y rebelde. Basándose en la idea de que uno no puede construirse un mundo a medida, pero sí un pueblo, esta deliciosa historia apuesta por batallas que parecen haber perdido en nuestro mundo (el gozo de la familia, la degustación de obras de arte y literatura, la riqueza gastronómica de la cocina casera, la recuperación de un estilo de vida cercano a la naturaleza, la grandeza de la fe como modo de conocimiento, la afortunada herencia de un patrimonio religioso y cultural, la primacía de la amistad y la construcción de la sociedad sobre valores inmortales compartidos). La nostalgia por un paraíso de épocas pasadas no cae en la utopía, sino que recupera lo mejor de la tradición europea anterior a la revolución industrial.

La autora, Natalia Sanmartín, confiesa ser la primera sorprendida por su éxito editorial. Lo sorprendente, sin embargo, es que esta periodista que dirige la sección de opinión de Cinco Días, nos regale, en su primera novela, una historia tan lúcida y original.

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