Trump vs Clinton, todo se juega en la economía
“La única opción para batir a Trump la tiene Clinton: confesar públicamente que todo es mentira”. Son palabras de Edward Luttwak, economista, politólogo y ensayista americano. El magnate Donald Trump ha ganado las primarias republicanas con más de un mes de adelanto, después de que todos sus rivales se fueran retirando. En las primarias demócratas, quedan en el terreno de juego Hillary Clinton y Bernie Sanders. La ex secretaria de Estado ha conseguido 2.223 delegados contra los 1.450 de su rival, y le bastaría con otros 160 para ganar. Pero faltan numerosas incógnitas por resolver sobre la carrera final hacia la Casa Blanca, empezando por la línea que el Partido Republicano decidirá adoptar respecto a Trump.
¿Los republicanos al final intentarán frenar a Trump o lo apoyarán?
No lo detendrán, pueden recurrir a todas las estrategias que quieran pero Trump ya los ha superado a todos. Los que han querido hacerle frente han resultado ser figuras ridículas, el único que contaba con un apoyo real era Trump. Es un poco como el desafío Carter-Ford de 1976. Jimmy Carter era un campesino con los pies sobre la tierra que cultivaba, y ganó. En América hay una situación de estancamiento económico por la que los electores no tenían ninguna intención de votar a un Mitt Romney.
¿Cuál será la estrategia de Clinton para ganar?
Para vencer a Sanders, Clinton ha tenido que prometer que sanidad y educación serán gratuitas y que subirá considerablemente los impuestos, sobre todo a los más ricos. Si quiere ganar el desafío contra Trump, Clinton tendrá que decir: “Durante las primarias he jurado que subiría mucho los impuestos, pero no lo haré, era mentira”.
¿En qué sentido?
Si Clinton no consigue convencer a sus electores de que ha mentido, la mayoría votará por Trump aunque personalmente les disguste. La mayoría de los americanos o piensan en ganar más que la media o pretenden hacerlo. Por tanto, nunca han votado por alguien que quiera subir los impuestos de los ricos.
Según la agencia Reuters, el verdadero desafío entre Trump y Clinton se decide en el llamado “Rust belt”, es decir, entre los trabajadores de estados como Ohio, Pennsylvania y Michigan. ¿Es así?
Todo eso es absurdo. Cada vez que se celebran elecciones presidenciales, los europeos se limitan a mirar el escaparate que representan las grandes cadenas, como Reuters. Y así terminan normalmente errando las previsiones porque no miran la América profunda.
¿Está pensando en algún precedente?
Cuando se presentó Ronald Reagan, el New York Times dijo que no podía ganar porque quería iniciar una guerra nuclear, y la prensa europea le siguió. Ya sabemos cómo terminó esa historia. Del mismo modo, candidatos como Trump y Sanders eran inimaginables para los europeos, pero ambos son mucho más serios que la posición oficial de los republicanos en política exterior. Estos últimos odian a Trump porque quiere hacerse amigo de Putin.
¿Existe una franja del electorado que podría votar igualmente a Trump y Clinton?
No, más bien son Trump y Sanders los que compiten por una misma franja del electorado. A diferencia de Clinton, ambos comparten la idea de que las soluciones convencionales para los problemas de la economía ya no son válidas.
¿Qué creen que puede funcionar?
Para Trump, perseguir el crecimiento pasa por liberar a la economía americana de vínculos excesivos. Sanders en cambio quiere poner en marcha una distribución según el modelo socialista.
¿La economía decidirá finalmente el resultado?
Sí. Mientras los europeos piensan que pueden seguir manteniendo a sus hijos gracias a la pensión de los abuelos, eso los americanos no lo aceptan. Si Estados Unidos alcanzara los niveles de paro juvenil que hay en Europa, el día siguiente ardería la Casa Blanca. Cuando el paro supera la tasa del 7%, aquí cambia el alcalde, el diputado, el senador y el gobernador.