Todo fue una quimera
La sentencia del procés, que conviene leer, explica que el derecho a decidir, que siempre ha invocado el independentismo, no existe en el derecho internacional ni en la Constitución. No existe el derecho a la autodeterminación salvo para los pueblos coloniales y oprimidos, que no es el caso.
A los chicos que recurren a la violencia para protestar por la sentencia quizás les convendría leerla, leer los párrafos en los que se dice que los condenados hicieron creer “a los ilusionados ciudadanos que el llamado referéndum de autodeterminación conduciría al ansiado horizonte de una república soberana”. Hay quien puede pensar que una condena por sedición con 12 o 13 años de cárcel, 12 o 13 años de inhabilitación es poca cosa. No estamos hablando de delitos de sangre. Los jueces explican que hubo violencia. Pero la violencia no fue funcional, no fue suficiente para romper con el orden constitucional y la integridad territorial. Bastaron unas líneas del BOE, dicen los jueces, para que el proyecto se acabase. Y añaden que ´el Estado mantuvo en todo momento el control de la fuerza, militar, policial, jurisdiccional e incluso social. Y lo mantuvo convirtiendo el eventual propósito independentista en una mera quimera´. Quimera, quizás es una de las palabras claves de la sentencia. Nunca estuvo realmente en riesgo la integridad de España. Si alguno de los que se ha manifestado en las últimas horas, de los que han cortado las carreteras, se tomase la molestia de leer algunas líneas de la sentencia, quizás se sentiría tentado de quitarse la capucha, de quitarse el lazo amarillo y de marcharse a casa y ponerse a trabajar para construir la Cataluña real.
Conviene también leer las páginas en las que el Supremo se pronuncia sobre la concesión del tercer grado penitenciario. Los condenados, que llevan ya dos años en prisión, pueden obtener pronto un régimen que les permita pronto solo ir a dormir a la cárcel. La fiscalía había solicitado que a los acusados se les impusiera el llamado periodo de seguridad que impide obtener el tercer grado penitenciario antes de que se haya cumplido la mitad de la pena. El Supremo no le ha hecho caso a la fiscalía porque argumenta que no se puede imponer el periodo de seguridad. Los jueces no creen que haya posibilidad de reincidencia. Junqueras dijo claramente que volvería a hacerlo. Si Junqueras dijo que volvería a hacerlo, ¿por qué los jueces del Supremo aseguran que no hay pronóstico de reincidencia? Para cometer un nuevo delito de sedición Junqueras y sus compañeros tendrían que volver a ser consejeros de la Generalitat y no es posible porque han sido inhabilitados por mucho tiempo.
¿Es un coladero? El Código Penal es el que es, la rebelión exige violencia funcional. Las competencias penitenciarias están cedidas. Y la justicia no consiste nunca en que alguien que ha cometido un delito grave se pudra en la cárcel.