Tanteando una nueva proeza
Cada jornada futbolística que acaece, el Atlético incrementa la heroicidad de lo logrado la temporada pasada. Por la dificultad que es ganar una liga en los últimos tiempos si no te llamas Madrid o Barça. Por la constante altura futbolística de la que el Cholo impregnó al juego atlético. Por lo que cuesta rehacerse cuando jugadores determinantes abandonan la plantilla.
Ganar la liga pasada y llegar a la final de Champions implica en el presente una cuestión que está por resolver. El entorno atlético, más centrado en el partido a partido, pone a la temporada pasada ese listón difícilmente repetible. El resto nos preguntamos si será posible reproducirlo. Una vez completada la primera vuelta, caracterizada por la regularidad y la maduración definitiva del proyecto Simeone, llegó Torres para erigir una nueva exaltación colchonera. El Cholo ilusionó generando en la afición un inexorable deseo de triunfo y el Atlético cierra enero formado.
Pero no es poco el trabajo por hacer, pues el conjunto rojiblanco queda todavía lejos del equipo que logró ser. Ardua tarea mejorar lo presente. El cholismo, por momentos, anda falto de su mayor insignia, la intensidad. Han sido varios los partidos ganados por más deméritos ajenos que merecimientos propios. El Atlético parece haber perdido el lado irracional en favor de la compostura táctica. Menos pasión pero similares números logrados con precisión de cirujano.
Arda Turán y Griezmann se han convertidos en piezas clave para ocupar la difícil vacante que dejó Diego Costa. Al hispano-brasileño ha habido que suplirle además con Mandzukic y Torres. El carril izquierdo sigue buscando un dueño definitivo ya que Siqueira no acaba de acoplarse y Ansaldi es hombre frágil.
El pase de Champions, una eliminatoria a la que llega como favorito, la persecución en liga a Madrid y Barça que le mantiene vivo y una vuelta abierta en Copa precisamente frente a los culés sirven de maquillaje a un Atlético con un espíritu más debilitado. Ha sido el Barcelona, en liga y copa, quien ha expoliado a los rojiblancos. Los azulgranas debilitaron al Atlético en el momento en que el Madrid, donde había franjas rojas y blancas solo veía barrotes inexpugnables. Sólo y casi habría que entrecomillarlo, frente al máximo rival, el conjunto rojiblanco ha marcado las diferencias.
Es pues larga la temporada, el Atleti continúa sembrando y el partido copero en el Calderón frente al Barça se antoja la ocasión definitiva para conocer hasta dónde está dispuesto a llegar. Menos ánimo pero similar eficiencia. Mas no haya dudas, el Atlético más enérgico, vehemente, entusiasta, deberá volver a emerger.