Superman y lo “punk-rock” que es ser humano

Cultura · Isabella García-Ramos Herrera
Me gusta 0 | 0
22 julio 2025
La nueva cinta de James Gunn nos trae una vez más al súper héroe que todos conocemos a la gran pantalla. Pero si algo tiene de interesante esta película, es que Superman se ve más humano que nunca.

Todos conocemos la historia: Kal-El, el bebé hijo de los gobernantes del planeta Krypton, es enviado a la tierra en una nave espacial después de que su planeta es destruido. Así, Kal-El aterriza en los campos profundos de Estados Unidos y es adoptado por Jonathan y Martha Kent, una pareja de granjeros que lo crían para convertirse en Clark Kent. Una vez en Metrópolis, Kal-El comienza a trabajar para The Daily Planet, en donde conocerá a la genial Lois Lane y comenzará su doble vida: como el periodista Clark Kent y como el héroe, Superman.

Ahora bien, ¿por qué parecería interesante traer a la gran pantalla una historia que ya todos nos sabemos y de la cual hay mil versiones? Porque James Gunn apuesta por algo que, al menos yo, no estaba esperando. Y es que este Superman es muy distinto al que nos habían acostumbrado el director Zack Snyder con su Kal-El interpretado por Henry Cavill, que más que un héroe parecía un dios. Este Superman de James Gunn, paradójicamente para un alien y un súper héroe, es mucho más humano.

La película empieza con algo insólito: Superman es derrotado por primera vez en su vida. Y a partir de allí se desata toda una búsqueda interior de este Clark Kent que interpreta David Corenswet para que Kal-El / Clark Kent / Superman descubra quién es él en realidad.

Hay una conversación fantástica entre Clark Kent y Lois Lane –interpretada por Rachel Brosnahan– que me parece que pone el primer eslabón en el que Superman se apoya para descubrir qué lo define como persona.

“Tú no eres punk-rock”, le dice Lane, con tono de sorna. ¿Cómo va a ser punk un hombre como Clark? “¿Bromeas? Me gustan estas bandas, ¡son todas punk-rock!”, protesta Kent. Lois lo corta de inmediato. “Clark, a lo que me refiero es que yo cuestiono todo y a todos. En cambio, tú confías en todo el mundo. Crees, de buenas a primeras, que cada persona que conoces es… maravillosa”, explica ella. Y con seriedad, Clark la mira y responde: “Quizás ese es el verdadero punk-rock”.

Si ser punk-rock es ser antisistema, entonces… ¿en qué clase de realidad vivimos en la que un hombre bueno es tan extraño como un alien? Porque en esto también insiste toda la película. ¿Son los aliens humanos, aunque vengan de otro planeta? ¿Qué significa ser alien? ¿En qué se diferencia de un ser humano? ¿En sus habilidades, en su físico? ¿Es eso lo único que define al ser humano?

Así, Gunn nos presenta a un Lex Luthor altamente xenofóbico y plantea cómo ese miedo o rechazo al otro, mezclado con poder y política, puede causar tanto daño. Aunque sea con un tono bastante amable, Gunn hace toda una declaración de intenciones políticas con la película. Pero, sorprendentemente, no es una película ideológica. Es un reclamo al mundo actual: ¿qué nos ha pasado que le tenemos miedo al que es diferente aunque ame, sufra, trabaje y viva como nosotros? ¿Qué nos ha pasado que creemos que podemos hacer lo que nos dé la gana sin pensar en el que tenemos al lado? ¿Por qué nos parece que ser buenos es malo?

Lo que más me interesa, realmente, es que en el viaje que Superman tiene que hacer para descubrir quién es él en realidad, hay todo un elenco de rostros que pueden responder esa pregunta: su querida Lois Lane, sus padres biológicos en un mensaje enviado desde Krypton, los robots que tiene por ayudantes, e incluso su archienemigo. Pero es un rostro en concreto el que le devuelve a Clark Kent la confianza de abrazar su humanidad. Es un rostro concreto el que le recuerda quién es él en realidad. No porque esta persona le imponga a Clark su versión de los hechos, sino porque, a través de una simple frase, le devuelve todo lo que es. Y no solo eso, le da unidad a todo lo que Superman habría querido desechar de sí mismo. Clark Kent quiere quedarse con una sola parte de sí, pero alguien le dice “no, eres eso y mucho más”.

Habría que preguntarse si tenemos a un rostro así en nuestras vidas que, cada vez que nos desorbitemos, nos devuelva la mirada sobre lo importante. Porque el problema no es salirse de órbita, el problema no es el miedo que nos da atravesar ciertas circunstancias, la cosa es si, como el niño que busca a su madre para atravesar el pasillo oscuro que le da terror, nosotros tenemos a alguien a quien ponerle delante todos nuestros pedazos rotos y que ese alguien nos ayude a volver a armar el rompecabezas de quiénes somos.

Solo así, con una presencia real y concreta que nos ame con todo lo que somos, descubriremos que no es malo preguntarnos quiénes somos, mucho menos si eso nos va a llevar a abrazar toda nuestra humanidad. Y quizás, con nuestra manera de vivir, abrazándonos así, también podamos enseñárselo a los demás.

 


Lee también: F1: ¿Por qué hacemos lo que hacemos?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Noticias relacionadas

F1: ¿Por qué hacemos lo que hacemos?
Cultura · Isabella García-Ramos Herrera | 0
La nueva película de Brad Pitt, F1, nos ofrece mucho más que coches de carreras y adrenalina. Pone el dedo en la llaga de una pregunta universal: ¿por qué hacemos lo que hacemos? ...
17 julio 2025 | Me gusta 2
Historias urbanas, con la película “Votemos”
Cultura · Ángel Satué | 0
Con la excusa de una votación en una comunidad de vecinos del centro de Madrid, acerca de si cambiar o no un viejo ascensor, los distintos personajes van sacando a relucir los miedos que cada uno lleva en su yo más profundo....
19 junio 2025 | Me gusta 1
Lo infinito en la máquina: «Maybe Happy Ending»
Cultura · Epochal change | 0
En la continua evolución de los espectáculos tecnológicos y las innovadoras tramas de Broadway, se ha producido un retorno al pasado, no a la época dorada de los musicales estadounidenses, sino a algo mucho más antiguo: el sentido religioso que ha animado la civilización occidental desde sus...
15 mayo 2025 | Me gusta 1