´Superar las embestidas requiere más habilidad que superar la investidura´
Juan Antonio Ortega Díaz-Ambrona es un político y abogado español. Fue ministro en los gobiernos de Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo, ambos de UCD. Actualmente es magistrado del Tribunal Constitucional de Andorra.
Parece, salvo sorpresa de última hora, que tendremos Gobierno la última semana de este mes. ¿Cómo se sostendrá ese Gobierno?
La investidura solo es el principio. Después viene lo más complicado, gobernar con coherencia. Porque el gobierno de Rajoy, después de ser investido, va a ser embestido una y otra vez. Superar las embestidas requiere más habilidad que superar la investidura. El Gobierno se va a sostener en equilibrio inestable. Va a requerir capacidad de diálogo, contención, instinto de pacto y paciencia. Gobernar con mayoría absoluta es como un paseo civil o militar. Cuando se está absolutamente en minoría, la cosa cambia mucho. Se precisa “finezza” como dijo una vez Andreotti, o sea cintura, muñeca y buen toque de balón, jugado partido a partido…
Tras la abstención (técnica o no), ¿qué papel jugarán Ciudadanos y PSOE desde la oposición?
Ambos por supervivencia propia van a dar pasos con enorme cautela. Ciudadanos para que su electorado no les confunda con el PP. Creo que van a jugar la carta de la lucha contra la corrupción. Comisión de investigación cuando puedan en los casos más conocidos de resonancia política y arbitraje en conflictos entre PP y PSOE. Tienen un documento de investidura con el PP, que debe ser público, firmado y difundido. El PSOE querrá sacudirse la responsabilidad de haber ayudado por pasiva a la investidura del PP. Procurará usar dureza contra el PP para que no se haga Podemos con el liderazgo de la oposición.
¿Y el PP? ¿Cambiará en algo su forma de gobernar?
Por necesidad ha de cambiar. Cambio en la composición del gobierno, desde luego, aunque todo ministro que entre debe estar ya enseñado y muy enseñado. No se puede entrar a aprender. Pero sobre todo se ha de despojar de toda prepotencia, porque el nuevo gobierno será parlamentario cien por cien. O sea que se necesita un crack para las relaciones con el Parlamento y para portavoz en el Congreso. Con C`s y con el PP se acabó la descalificación sistemática y el más eres tú.
Nuestro editorial de esta semana dice: ´se hará evidente que hace falta algo más: un paso adelante de una sociedad consciente de su responsabilidad, con españoles capaces de encontrarse, más allá de las barreras ideológicas, en la tarea de mejorar la educación y de construir empresas más productivas´. ¿Cómo valora esta afirmación? ¿Cuál es nuestra responsabilidad?
Estoy de acuerdo. Hay que abordar con prioridad los problemas del país, que son muchos pero no insolubles. Hay que usar de buena pedagogía con la opinión pública. Por debajo de las discrepancias ideológicas hay una amplia posibilidad de acuerdo. Pero hay que saberlo suscitar. En otro caso el gobierno será efímero y volverá a haber nuevas elecciones. Para mí los asuntos más trascendentes son, primero y a mucha distancia, el catalán. Después reforzar nuestra política exterior, especialmente en la Unión Europea, para entrar en el Grupo de los que deciden, ahora que hace mutis el Reino Unido. Tercero hacer limpieza a fondo en nuestras costumbres políticas, agusanadas en no poca medida por la corrupción. Desinfectar bien todo. Cuarto y por supuesto abordar el problema del paro, para que siga bajando y el empleo resulte más estable. Eso pasa, como decía el editorial, por construir más empresas productivas y viables. Sobre la educación llevo años propugnando un pacto de estado y ahora puede ser el gran momento.
Respecto a la cuestión catalana, en un editorial de El País se decía que a un problema de encaje político no se puede responder con una contestación meramente burocrática y judicial. ¿Cómo se puede responder a este desafío políticamente?
En mi opinión éste es el primer problema, porque en él va el ser o no ser de España. Hay que llevar a la convicción de los independentistas que bajo ningún concepto habrá independencia unilateral de Cataluña. Cuando antes he hablado de potenciar la política exterior de España, en general y en la Unión Europea, pensaba mucho en esto. No me canso de insistir en ello. Los independentistas cuentan una historia insostenible que debe ser neutralizada y extirpada, sajando las similitudes con Escocia, Quebec, países bálticos, etc.
El esfuerzo jurídico constitucional está muy bien. Pero es insuficiente. Por sí solo no vale. Pasar patatas calientes al Tribunal Constitucional y a la Fiscalía es quedarse a mitad de camino. Hay que abordar, creando una comisión legislativa, una alternativa de reforma constitucional para que la voten los catalanes y los no catalanes al mismo tiempo. Ello requiere acuerdo previo entre PP, PSOE y Ciudadanos de entrada, antes de negociar con los demás interesados. Esa iniciativa debe ser del Gobierno y requeriría un pacto menos endeble que este escuálido de investidura. España no es diferente y hay que propiciar un camino hacia las coaliciones y las cohabitaciones. Creo que se ha perdido mucho el tiempo y se ha cansado al personal en demasía.